Elecciones regionales y mayor gasto
En las proyecciones que difundió Cepal en octubre pasado, el Perú se proyectaba como la cuarta economía con más crecimiento latinoamericano para el 2022, con un 4,4% de mejora en su PBI. Sin embargo, el reporte actualizado de la entidad rebaja las expectativas para el país a un 3%, colocándolo en el puesto 11. La estimación actual es similar al 3,2% señalado por el Banco Mundial y al avance de 3,4% estimado por el Banco Central de Reserva del Perú.
La economista y especialista en inversión pública, Silvana Huanqui señaló que, si bien el Ministerio de Economía y Finanzas ha buscado crear un escenario positivo para dinamizar la demanda, los factores internos y externos ponen en riesgo el crecimiento de la producción local. En este sentido, subraya que el impulso de la inversión privada será clave para ayudar a la economía.
“El 2021 fue un año ‘rebote’. Tuvimos el crecimiento más alto de la región, sí, pero porque tuvimos una de las caídas más grandes. En realidad, solo crecimos un 5%. Ahora tenemos factores internos y externos que no permiten tener un escenario optimista: las variables de la Covid-19, la desaceleración de la demanda de Estados Unidos y China, la inflación y el ruido político inclinarán la balanza”, sostiene.
El organismo de las Naciones Unidas destaca que dos de las acciones que deberán emprender los países para enfrentar este 2022 es aumentar los niveles de recaudación tributaria, mejorando la estructura fiscal; y aplicar una «mirada estratégica» del gasto público. «Se debe resguardar la inversión pública, que fue la principal variable de ajuste en la última década, para realizar inversiones intensivas en empleo decente en sectores estratégicos con igualdad de género», señala la Cepal.
“Durante las elecciones hay un mayor dinamismo económico, pero también un riesgo de obras paralizadas».
Sin embargo, a los indicadores internacionales, el Perú sumará la presión de un contexto electoral, por los comicios municipales y regionales que se celebrarán en octubre. Un hecho que la Contraloría General de la República y expertos advierten como una posibilidad de mayor dinamismo económico, pero también de un riesgo de caer en una menor calidad en el gasto público.
El contralor Nelson Shack señaló que 2.369 obras –valorizadas en S/ 22.453 millones– están paralizadas en todo el país, y el 72% de estas es responsabilidad de los gobiernos locales. Para el funcionario, el ingreso de nuevas autoridades y el recambio de prioridades en la gestión pública pueden incrementar estos indicadores.
“Al cierre del año van a cambiar todas las autoridades regionales y locales, y lo más probable es que varias obras se paralicen en el próximo cuatrimestre porque van a cambiar las prioridades. Las nuevas autoridades serán electas para cumplir determinadas obras que le prometieron a la población, y como quedan muchísimos proyectos inconclusos de la anterior gestión, la probabilidad de que reorienten los recursos públicos es muy grande, y eso terminará ralentizando la ejecución de las obras iniciales y paralizándolas”, señaló.
La economista y docente la Universidad del Pacífico, Silvana Huanqui, explicó que el último año de gestión de los gobiernos regionales y locales suele ser el de mayor actividad de inversiones, lo que podría ser favorable para la economía local por el dinamismo de la moneda y mayores ingresos. No obstante, advirtió que por conveniencias políticas no siempre se priorizan las obras urgentes, sino las que pueden captar más votos.
“Hay que poner atención a la calidad del gasto público que se hará. Hay que poner los reflectores en las inversiones regionales y locales de este año, no solo para ver el impacto posterior a su construcción, entrega o paralización, sino para saber en qué están gastando. Debemos ver los mecanismos de ejecución del gasto y si forma parte de una estrategia para cerrar la brecha de infraestructura. Los estudios del Plan nacional de Infraestructura deben ser usados para que exista sinergia entre la obra pública y la inversión privada”, añadió.
El economista Melvin Escudero coincide en que el país ingresa a un año electoral que puede complicar el desarrollo económico con proyección a mediano y largo plazo. “El ciclo político siempre ha reducido la priorización de la infraestructura en los gobiernos regionales y locales. Debemos entender que la inversión pública, por ejemplo, diseñar una carretera, tiene repercusión en las empresas y trabajadores del sector privado que se consolidan alrededor. Un monumento no lo hará. Por eso es importante saber en qué se destinará el dinero”, puntualizó.