En la región San Martín, recién al finalizar el siglo XX y a inicios del siglo XXI estamos consolidando lo que podríamos decir la “cultura del cacao”. Estamos llegando un poco tarde al mercado internacional pero, felizmente, lo estamos haciendo con éxito y es hermoso que nuestros productores estén consolidando una nueva cultura, cuando Ecuador, desde el siglo XIX había ya internacionalizado su mercado de cacao, tanto que, el escritor Benito Pérez Galdós, lo menciona en su conocida novela Marianela.
La actividad “Mercado Drasam”, una iniciativa del Gobierno Regional de San Martín, a través de la Dirección Regional de Agricultura, nos ha permitido redescubrir la importancia del cacao entre los productores sanmartinenses, tanto que, en diferentes localidades le están dando el valor agregado a la materia prima y que se está comercializando en otras regiones del país, como han referido los productores presentes en la actividad.
Estamos viviendo, pues, una nueva era en el cultivo del cacao, y en nuestra región se respira el aroma de una mixtura de compuestos que se producen en el proceso químico de la maduración del cacao. Es el aroma de los dioses. Recorrer los pueblos en lo que se ya se conoce como la “Nueva ruta del cacao”, emociona, y más aún el compromiso de nuestros productores para insertarse en el mercado internacional cuando en el Ecuador, desde la época de su formación como país, ya se había iniciado el proceso. En el Perú, como nos ocurre siempre, entramos siempre tarde a los procesos y a veces terminamos perdiendo el tren. Aquí debe jugar un rol de sinergia el sector turismo para potenciar nuestras nuevas rutas y los gobiernos locales deben jugar un rol con una nueva visión. La Revolución Productiva debe consolidar esta actividad partiendo de promover el consumo interno, lo que no ocurre, pues solo ´vemos´ el producto y no lo consumimos.
Desde todos los ámbitos de esta región ubérrima estamos viviendo un nuevo boom. Ya pasamos del caucho, del barbasco, que no fueron sino visiones pasajeras que terminaron en frustraciones. En los actuales momentos, estamos con el boom del arroz y del cacao, al que debe sumarse dentro de poco la ganadería vacuna, donde el Estado debe consolidar una política desde la asistencia técnica, pasando por el crédito agrario, este en un nuevo esquema, y la comercialización. Para esto se requieren compromisos serios, no coyunturales, en donde los productores ya no son “nuestros” beneficiarios, sino los socios para consolidar el desarrollo como lo explica brillantemente el Ing. William Boris Gallegos Mendoza, que no es sino un descubrimiento que puede considerarse parte de la revolución productiva y que la generosidad y la inteligencia deben recogerla, sino estaremos en lo mismo.
Consolidemos esta nueva era del cacao, que ha costado esfuerzo al Estado, a las entidades internacionales cooperantes y a los productores. Nuestro compromiso que sea permanente y que todos aporten al desarrollo. Reforcemos el trabajo de nuestros productores y comencemos consumiendo ese delicioso y divino chocolate preparado con esas manos divinas de nuestras mujeres del campo. (Comunicando Bosque y Cultura – Comunicando).