Gracias a que esta emergencia resaltó las grandes deficiencias en saneamiento, salud pública y educación -entre otros- que hemos estado cargando, gastando innecesariamente en elefantes blancos como refinerías, gasoducto e interoceánica, así como en un gran evento deportivo (importante, pero no necesario), deberá introducirse un nuevo principio en la Ley de Contrataciones del Estado en lo referente a la priorización de proyectos, no solo en cada nivel de gobierno, sino -también- transversalmente, a nivel del Estado, en general.

Ej.: cualquier gasto tiene la virtualidad de cumplir con determinada finalidad pública. Hasta ahí estamos bien. Pero deberá aumentarse una evaluación adicional: ¿es indispensable? ¿es necesaria? ¿hay otra inversión, proyecto o gasto que sí lo es? Si es positiva la respuesta a esta última pregunta, se le deberá dar preferencia a estas últimas.