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jueves, junio 5, 2025
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El Desarrollo Humano Sostenible en Base a la Biodiversidad Amazónica

…RETORNO AL MONTE…

EL MONTE…NOS SALVARÁ DE LA CRISIS ALIMENTARIA

En la visión de los kechwas Lamistas, las entidades que habitan el monte, tienen la cualidad de ser personas. De las lluvias hay machos y hembras, y es común escuchar a los indígenas decir: “WARMI LLUVIA” a la precipitación fina y persistente que por horas cae en ciertos días y “MACHU LLUVIA” a la que cae de forma torrencial y agresiva. El monte en el mundo de los kechwa es como un supermercado para nosotros en la ciudad; el agua, las plantas, las minas de sal, las montañas, las lluvias, entre otros son seres vivos con alma, siendo el trato hacia éstas de persona a persona. Tal como afirma Asunción Sajami es común entre los kechwas de nuestra región: Cuando el monte escucha tiros se hace oscuro, se embravece el monte.

Para don Asunción, el monte es un ser vivo, una entidad sensible y emotiva capaz de reaccionar si su intimidad y calma es maltratada por el ruido que hace el disparo de una escopeta. Para los indígenas este mundo ha sido así siempre; vivir en simbiosis con él.

El monte no te da si no te conoce. El monte, como cualquier persona, requiere de un trato cariñoso, solicita ser conocido y que te conozca para poder dialogar y reciprocar bienes, según el kechwa Zózimo Shupingahua, para conversar con el monte, se iniciaba con un ritual de invitación de un mapacho (cigarro hecho con tabaco local) al monte. En sus palabras.

El cigarro primero se le fuma y ese pucho, se le prende en una estaca en la misma trocha, o sea, donde andas. Abres la punta de una estaca para que el cigarro humee por los cuatro vientos, se canta ikarus – canciones, y peticiones rituales a las deidades del monte solicitando su permiso.

“PEDIR PERMISO AL MONTE”; para un profesional moderno le puede sonar a creencias sin mayor sentido que recrear una tradición antigua, estudiar una planta no tiene otra pretensión para aquel, que aumentar sus conocimientos de la naturaleza, y si se trata de pedir permiso se hará al propietario del monte mas no al monte mismo.

Bajo estos parámetros antropológicos; es la hora de retornar al monte, y aprende modelos sostenibles de desarrollo, que por más de 10 mil años nuestras comunidades amazónicas, han practicado siempre y puede ser la mejor arma para frenar la esta crisis alimentaria, la deforestación, cambio

climático, migraciones, trastornos culturales, monocultivo; como dice don Purificación “cuando haces caso al monte…el monte te da todo…”

Fuente: Grimaldo Rengifo, en su libro “apuntes sobre la cosmovisión amazónica desde los kechwas lamistas”.

Por: Tomás Cotrina Trigozo

Docente Universitario y Gestor Cultural

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