Después del fuego: ¿Qué hacemos para reparar los daños ambientales y proteger la salud?
El 2022 venció el Plan de Prevención y Reducción de Incendios Forestales a cargo del Serfor, sin este documento el país está sin norte qué hacer ante este desastre, el instrumento servía para la prevención como para la remediación de lugares afectados.
Por: Daniel Mitma -Periodista y Profesor en la Universidad Continental-
Los incendios forestales en Perú han ocasionado la muerte de 16 personas y afectado más de 6 mil hectáreas entre áreas naturales, agrícolas y pastos. El Estado tiene que enfrentar ahora la remediación de sus bosques y la salud de las personas expuestas al humo. Sin embargo, luego de la declaratoria -parcial- de emergencia en Amazonas, San Martín y Ucayali se evidencia que no hay un plan claro para evitar estos siniestros y restaurar lo perdido.
Los incendios forestales han generado una crisis ambiental y de salud pública en Perú que se complica con una tardía respuesta del Gobierno. Según el último reporte del Instituto Nacional de Defensa Civil, el fuego ha ocasionado 16 muertos, más de 90 heridos, 3 mil hectáreas de áreas naturales afectadas, 1.485 de hectáreas agrícolas y 2.257 de áreas de árboles y pastos consumidas. Además, se han reportado 377 animales muertos y otros 4698 afectados, mientras que las nubes de humo tóxico afectan ciudades amazónicas y andinas enteras y aún hay 30 incendios activos en 22 regiones del país.
Desde inicios de año hasta la fecha se registraron 233 incendios forestales, un problema que se repite todos los años: en 2021 ocurrieron 163 incendios, en 2022 se reportaron 380 y en 2023 hubo 341.
Al respecto, Mariano Castro, experto en derecho y gestión ambiental, abogado por la Pontificia Universidad Católica, diplomado en Biología de la Conservación en la Universidad Peruana Cayetano Heredia, señala que hay una “deficiente, limitada y equivocada política agraria en el país”, ya que para tener nuevas áreas de cultivo o aprovechar las existentes se suele recurrir a la quema.
“La responsabilidad central del tema de incendios forestales tiene que ver con el sector agrario, porque no ha hecho lo necesario para prevenir y adoptar medidas adecuadas para que esta situación no siga ocurriendo”, apunta Castro, abogado y exviceministro de gestión ambiental. Pero también nos hace notar más factores importantes en esta crisis: sequías más severas y el incremento de temperatura con registros históricos en un contexto de cambio climático.
La Agencia Espacial de Investigación de Brasil marca más de 346 mil puntos calientes de incendios en 13 países, superando lo ocurrido en 2007, cuando se registraron más de 345 mil puntos.
Sin sistema de alerta temprana
El principal agente contaminador que provoca los incendios forestales es el material particulado 2.5. Se trata de una sustancia contaminante tan pequeña que el diámetro de un cabello es 400 veces más grande que una de estas partículas. William Checkley, investigador de la Universidad Johns Hopkins y el Centro Latinoamericano de Excelencia en Cambio Climático y Salud, explica que este tipo de tóxicos puede viajar más de mil kilómetros en el aire y llegar a ciudades ajenas a los incendios.
Hace falta un sistema de prevención -dice Checkley-. Si un país tiene detectores de polución ambiental a nivel nacional, puede detectar los cambios en los niveles de contaminación y crear un sistema de alerta para comunicar que el humo de un incendio representa un riesgo y proteger a poblaciones más vulnerables, niños, personas adultas mayores y embarazadas.
El proyecto GeoHealth Hub, del Centro Clima de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, monitorea la calidad del aire en el Perú. En lo que va del mes de septiembre, su registro ha mostrado varios puntos naranjas en ciudades amazónicas afectadas. Estos puntos significan visibilidad deficiente, el aire lleno de humo y que puede empeorar la salud de las personas expuestas.
Las partículas de los incendios forestales son más tóxicas que otras fuentes como la contaminación ambiental urbana, advierte un estudio de Nature Communications.
La Organización Mundial de la Salud señala que el 38% de muertes vinculadas a contaminación ambiental del aire fue por cardiopatía isquémica, el 20% por accidentes cerebrovasculares y el 43% por enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Los sufrimientos que se agravan si viven en espacios contaminados: obesidad, asma, cáncer, deterioro de la función pulmonar, el desarrollo cerebral, entre otros.
El Colegio Médico del Perú emitió un comunicado el último miércoles en el que muestra su preocupación por los incendios y la salud de la población. “Solicitamos al Poder Ejecutivo que tome las medidas inmediatas”, se lee en su pronunciamiento.
Sin plan de prevención de incendios
Después del control del fuego, el Gobierno tiene que enfrentar la remediación de las áreas consumidas por las llamas. El 2022 venció el Plan de Prevención y Reducción de Incendios Forestales, un instrumento que servía tanto para la prevención como para la remediación de lugares afectados por los incendios.
En 2021 se aprobó la herramienta principal de restauración que tiene el país, la Estrategia Nacional de Recuperación de Ecosistemas y Tierras Forestales Degradadas (Prorest) que tiene un periodo de 10 años, de 2021 al 2030 y se financia con cargo al presupuesto institucional de Serfor.
Este instrumento busca reducir al 15% la brecha nacional sobre la superficie de ecosistemas y tierras forestales degradadas. En cifras, eso significa lograr la restauración completa de 330 mil hectáreas de ecosistemas. Para ello, se logró que el Sistema Nacional de Programación de Inversiones incluyera un financiamiento para las acciones de la estrategia de restauración. No solo ello, a nivel de financiamiento, existe el programa presupuestal 144 del Ministerio de Economía y Finanzas que busca la conservación y uso sostenible de ecosistemas que incluye acciones de restauración. La responsabilidad ahora está en manos de las autoridades nacionales y también de las regionales.
Los gobiernos regionales tienen la capacidad, dentro de sus instrumentos de planificación institucional propios, de incluir metas vinculadas a restauración. Pueden solicitar líneas de financiamiento al Ministerio del Ambiente invocando este programa presupuestal.
Evaluar para remediar
El especialista de la iniciativa Unidos por los Bosques de la FCDS, Martín Arana, identifica algunos criterios urgentes que se deben atender:
Se tiene que levantar información del tipo de área pues hay diferentes formaciones afectadas: pastizales, matorrales, bosques, pajonales, tipos de bosques. Ese nivel de detalles es necesario y tiene que ser hecho tan pronto como se sofoque el fuego. Con ello plantear los planes de remediación- señala.
Para Arana esta medida es muy necesaria pues no se trata de reforestar por reforestar, “tiene que verse qué se adecúa al ecosistema afectado”, subraya.
Es posible que en algunos casos la naturaleza pueda regenerarse sola. Tiene que considerarse cuál sería el potencial de regeneración de estas áreas, no todas tienen la capacidad. En otros casos, los procesos de regeneración pueden ser muy largos, agrega.

Diego Aliaga, ingeniero agroforestal e investigador, coincide con este criterio. La naturaleza puede recuperarse sola, pero debe haber una evaluación. No es lo mismo la recuperación de una pampa con la de un bosque.
Los suelos, sometidos a una combustión y a contaminantes que deja el incendio, se convierten también en espacios que necesitan de una asistencia para su remediación. Karina Chuquispuma, decana de ingeniería ambiental de la Universidad Científica del Sur.
El gobierno ha declarado el estado de emergencia en tres regiones, pero no un estado de emergencia ambiental.
Hay una razón: la Ley de Declaratoria de Emergencia Ambiental no está reglamentada. Es decir, no tenemos un mecanismo para establecer acciones orientadas a contener y controlar un evento significativo, así como para reducir la afectación al ecosistema y a las personas. Con carencias como esas, se intenta controlar el fuego, pero el panorama de gestión de remediación y soluciones de mediano y largo plazo se vuelve nuboso. Fuente: saludconlupa