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jueves, mayo 8, 2025
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El rol de la nutrición en el equilibrio hormonal

El cuerpo humano es una máquina con múltiples engranajes en la que cada pieza es fundamental para que funcione correctamente. Todos sus órganos, tejidos y sustancias cumplen roles importantes, en mayor o menor medida. Y cuando algunos de ellos se ve afectado, desequilibrado o fuera de servicio, el organismo sufre las consecuencias.

Dentro de esas pequeñas piezas que nos conforman se encuentran las hormonas, los estrógenos, las tiroideas T3 y T4, la testosterona, la somatostatina, los glucocorticoides y la dopamina, entre otras. Un conjunto de sustancias químicas producidas y liberadas por el sistema endocrino que cumplen funciones cruciales en nuestro cuerpo.

El rol que desempeñan es clave dado que están involucradas en múltiples funciones vitales, desde el crecimiento hasta el metabolismo, pasando por el estado de ánimo, el peso y la vellosidad. Es por eso que un equilibrio hormonal correcto es directamente proporcional con un estado de salud óptimo o deseable.

Un equilibrio hormonal necesario, pero vulnerable

El equilibrio hormonal puede verse afectado por varios factores, entre ellos, los malos hábitos cotidianos. Tanto que los especialistas en endocrinología aseguran que aún aquellas personas que piensan que llevan una vida saludable, pueden sostener y repetir algunas actitudes dañinas para el equilibrio hormonal.

Como anticipamos, las hormonas intervienen en un sinfín de funciones orgánicas y, por ese motivo, están expuestas y son vulnerables ante otro sinfín de factores externos que pueden afectarlas y desequilibrarlas. El entorno en el que vivimos, en términos ambientales; los alimentos, bebidas y drogas que consumimos; el tipo y cantidad de actividad física que practicamos; el tiempo y la forma en la que dormimos; el grado de felicidad que sentimos.

Todo eso tiene injerencia en nuestro sistema hormonal. Sin mencionar la ingesta de medicamentos o productos de venta libre destinados a bajar de peso, desintoxicarnos o rejuvenecernos, como el te divina,  las cápsulas de Ganoderma Lucidum o el Ácido Alfa Lipoico, sin la prescripción médica adecuada.

Los hábitos diarios que atentan contra producción, regulación y equilibrio hormonal

Si bien los efectos en el equilibrio de las hormonas pueden variar entre las personas en función de su género, edad, anatomía y actividad, los expertos y sus investigaciones respaldan una relación directa con los siguientes hábitos.

Dormir mal

Descansar bien es vital para todos los aspectos de la salud, tanto física como mental. Y lo es también para mantener el equilibrio hormonal del que hablamos. Dormir pocas horas por día o tener una mala calidad de sueño, dormir mal, repercute en la producción leptina y grelina, dos hormonas responsables de regular el hambre y la saciedad. Es por eso que cuando dormimos mal podemos sentir más apetito y volvernos propensos a padecer obesidad.

Excesiva exposición a las pantallas

En la era digital, la mayoría de nosotros pasamos muchas horas, demasiadas, frente a la pantalla del televisor, la computadora y, sobre todo, el teléfono celular. Estas pantallas emiten la denominada ‘luz azul’ que infiere en el accionar de la melatonina. Esta hormona es la encargada de diagramar el ciclo de sueño, es liberada cuando estamos a oscuras y sincroniza el reloj biológico y las funciones orgánicas vinculadas a él.

La luz azul le indica al cuerpo, a través del cerebro, que aún es de día y que no ha llegado la hora de dormir. En consecuencia, la melatonina no se libera y el cuerpo no descansa lo suficiente y correctamente necesario.

Interacción con las redes sociales

En un estudio, científicos australianos afirman que aquellas personas que se desvinculaban de las redes sociales durante cinco días mantenían la hormona del estrés, el cortisol, muy por debajo que quienes no interrumpían su uso. Es decir que interactuar con las redes sociales aumenta los niveles de esta hormona, lo que significa que aumenta el estrés. Esto ocurre porque procesar el exceso de información de las plataformas nos demanda mucha energía intelectual y mental.

Comer menos de lo necesario o saludable

Como anticipamos, mantener buenos hábitos alimenticios es fundamental para lograr el equilibrio hormonal. Si comemos menos cantidad de calorías de la recomendada, podemos provocar la disminución de los niveles de las hormonas tiroideas que regulan la quema de grasas y el metabolismo.

Consumir café en exceso

Consumida en cantidades excesivas, la cafeína es capaz de alterar nuestras hormonas. Una ingesta caudalosa genera una producción adicional de cortisol que puede interferir en una correcta regulación de la inflamación e interferir en la absorción del hierro y el calcio, minerales esenciales para mantener las hormonas equilibradas. Además, es probable que altere nuestra manera de dormir y descansar y, por lo tanto, nuestro reinicio corporal, en términos de energía y lucidez.

Poca exposición a la luz

Estudios científicos realizados por expertos italianos demuestran que la exposición a la luz brillante incrementa la producción de la hormona masculina testosterona. El informe resultante indica que los hombres producen una mayor cantidad durante la primavera y el verano y una mucho menor, durante el otoño y el invierno por la reducción de horas de luz. Un gran descubrimiento para tratar problemas de salud en los hombres.

Abuso de alimentos reducidos en grasas

Para garantizar el correcto funcionamiento y equilibrio de las hormonas, el cuerpo necesita ciertas cantidades de grasa, colesterol y vitaminas liposolubles esenciales. Abusar de los alimentos denominados “light” puede privarnos de esas cantidades deseables y afectar nuestras hormonas. Por otro lado, para compensar la reducción de grasas, algunos de esos alimentos contienen sustancias que pueden dañar nuestra salud hormonal y ser tóxicas para el cuerpo.

Además, la ingesta de edulcorantes incorporados en esos alimentos puede provocar cambios en la microbiótica intestinal e interferir en la comunicación entre el intestino y el cerebro, alterando la señalización de neuropéptidos intestinales.

Saltear el desayunar

Con la vorágine de la vida actual, la falta de tiempo y las rutinas muy exigidas, saltarse el desayuno se ha vuelto un hábito para muchas personas. Pero comenzar el día sin ingerir ningún alimento también puede afectar nuestras hormonas, ya que produce una disminución de los niveles de glucosa en sangre y una liberación excesiva de cortisol y esto genera estrés y repercute negativamente el apetito, la concentración y el estado de ánimo.

La testosterona, una hormona fundamental tanto para ellos como para ellas

Si bien se la asocia comúnmente con los hombres, la testosterona es fundamental para el funcionamiento tanto del cuerpo masculino como del femenino. Esta hormona cumple múltiples roles orgánicos que incluyen la salud cardíaca, la fortaleza ósea, la concentración, la memoria, la prevención de la diabetes y la anemia y el crecimiento de los músculos, entre otras cuestiones.

En el cuerpo de los hombres los niveles de testosterona son notablemente más elevados que en el de las mujeres porque cumplen un rol protagónico en el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios que los diferencian de los organismos femeninos. Hablamos del crecimiento del pelo en la barba, del aumento de la masa muscular y de la gravedad de la voz durante la pubertad. Y también colabora con la producción de esperma.

En cuanto a las mujeres, aún bajos, los niveles de testosterona tienen injerencia en la regulación del deseo sexual, el bienestar y equilibrio emocional y mantenimiento de la densidad ósea y la tonicidad muscular, entre otras funciones vitales.

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