la columna del editor
Lenin Quevedo Bardález
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Leyendo el texto realizado por Teodomiro Chinguel acerca de los shawis, recuerdo mi visita a la laguna Atuncocha, la misma que se ubica en la inhóspita selva de la provincia de San Martín en el Bajo Huallaga.
¿Inhóspita selva en la región San Martín? Pues sí, y para comprobar que esa palabra se aplica, basta con dirigirse hasta ese lugar y conocerlo. En ese lugar vi, sorprendido, esa especie de perro mezclado con gato que es el manco, una especie extrañísima, que no sabría decir a qué grupo o familia pertenece, pero que demuestra gran habilidad para subir los árboles pero tiene el rostro de un can.
Solo pude visitar a los shawis sanmartinenses en la comunidad de Santa Rosa, a dos horas de una comunidad quechua (Santa Sofìa). Son impresionantes las distancias temporales que nos alejan a pesar de encontrarnos a apenas unos 40 kilómetros de distancia en línea recta.
Pues bien, cuando llegué me preguntaron si es que era de petrolera, maderera o alguna de esas alternativas de destrucción. Sinceramente les dije que no. Y un sabio apu me respondió: “Acá no querer nosotros nada de esto, porque la selva es nuestro mercado como el tuyo. Ahí tener carne, pescado, todo, hasta agua, clavos y calamina. Con una diferencia, ustedes pagar por todo en mercado, a nosotros la naturaleza dar”. Qué sabio carajo. Y si le parece extraño que ponga lo que me dijo como si se tratase de un gringo, esa es la forma que recuerdo en su hablar. Gracias…