TTA través del cristal
Por Willian Gallegos Arévalo
Nada hay más cierto que la frase “Lo bueno, si breve, dos veces bueno», de Baltasar Gracián (1601–1658) y más aún en estos tiempos de la rapidez y la velocidad, cuando no la desesperación que cunde en todos los aspectos de la vida. Y como dicen muchos, esta brevedad es más apreciada cuando se trata de visitas y, en estas circunstancias, cuando el tiempo de la visita se alarga no queda otra alternativa que invitar el lonche, costumbre limeña muy tradicional que en Tarapoto se mantuvo hasta los años sesenta del siglo pasado.
Me inspiró el presente artículo la carta que el 21 de diciembre de 1931 le dirigiera el gerente del Banco Agrícola del Perú al trabajador Ramón Rafael de la Fuente Benavides que no era sino “Martín Adán”, autor del poema “La casa de cartón”, que lo compuso a la edad de 20 años. Cuando el gerente del banco le dirigió la carta, Martín Adán tenía solo 23 años. ¿Y por qué es importante destacar la carta? Pues, por la brevedad, precisión y el reconocimiento a la excelencia del trabajo del joven trabajador y poeta.
No sabemos los motivos por los que el joven escritor haya querido renunciar al banco pues, es sabido, que, hasta antes de la liquidación de la banca de fomento, los bancos pagaban bien a sus trabajadores que hizo que ser trabajador de una entidad financiera sea un motivo de orgullo. Los sueldos de los trabajadores se deterioraron a partir del año 1992 cuando se desactivan los bancos estatales. Hasta antes de la llegada de Fujimori, ser trabajador bancario era un lujo y orgullo, y poco después llegaría la era de la ingobernabilidad y la anarquía, como es la época en que vivimos.
El escueto texto que recibió el escritor decía: “Acuso recibo de su atenta de la fecha en que presenta Ud. renuncia a su puesto en el Banco, y le confirmo mi respuesta verbal en el sentido que no acepto su renuncia, por estar satisfecho de sus servicios. Atentamente. De Ud. Attos. y SS. SS. Héctor Harvey. Gerente”. ¿Para qué más?
El Banco Agrícola del Perú, se reorganiza por Ley 7783, del año 1933, en el gobierno de Oscar R. Benavides. Décadas después, el nuevo Banco de Fomento Agropecuario del Perú (1952) se forma con la fusión del Banco Agrícola del Perú, la Junta Nacional de la Industria Lanar y la Corporación Peruana del Amazonas. En 1975, durante el Gobierno de Velasco se le cambia de nombre a Banco Agrario del Perú. En 1981, en el gobierno de Fernando Belaunde se promulga otra ley orgánica que rigió hasta su desactivación en 1992 en el gobierno de la honradez, tecnología y trabajo.
Si bien es cierto que la brevedad es válida en casi todas las circunstancias, hay eventos en que no debe ser así: por ejemplo, una carta de amor y en otros momentos que ustedes entenderán a qué me refiero. Los que me conocen saben que en mis documentos soy breve, preciso y puntual. Y esto me hace recordar la frase que se le atribuye a Lope de Aguirre en la obra ´El camino de El Dorado´, de Arthur Uslar Pietri: “De lo bueno, poco; de lo malo, como caga el diablo”. (Comunicando Bosque y Cultura).