El ministro de educación, Juan Cadillo, aún no responde al oficio del congresista Walter Tello, cercano al presidente Pedro Castillo. El motivo del documento es que el ministro informe los pormenores de la política de la Derrama Magisterial, toda vez bajo la sombra de esta institución que fue creada en 1965, se crea con el propósito de servicio al magisterio, a los docentes.
En las grandes jornadas de lucha y huelga de los maestros, siempre salía a luz la Derrama Magisterial, pese a la facilidad de préstamos a los docentes, éstos se sienten excluidos de esta institución, uniéndoles únicamente los descuentos que obligadamente viene recortado en las boletas; se sienten excluidos de sus bondades como son los grandes hoteles que exhibe a nivel nacional, sin que el docente los disfrute en su condición de tal.
¿Llegó el fin de la Derrama Magisterial? ¿A los docentes al fin les devolverán el dinero que son descontados sin su consentimiento por tantos años por esta institución incluyendo los intereses?
Al entorno de esta institución están dos frentes aparentemente cercanos en cuanto a la política magisterial, pero también distantes en cuanto a doctrina ideológica. Claro está que esta institución (Derrama Magisterial), debería estar fuera de todo interés partidario, pensándolo sin ninguna malicia, pero el accionar de los integrantes del entorno, lo desdibuja los fines por las cuales fue creada esta institución financiera.
En caso del CEN del SUTEP, tiene un participante en el directorio de la Derrama, en el caso del FENATE que recientemente fue reconocido como sindicato por el ministro de Trabajo, Íber Maraví, debería también seguir esta misma línea de representación. Existiendo ya dos sindicatos del magisterio nacional, debería seguir esta línea de un participante en el directorio para que haya igualdad de proporciones en representación sindical.
La pregunta es, ¿Puede en una misma organización laboral e institucional, existir dos sindicatos? ¿Qué errores de dimensiones complejas cometieron los dirigentes del SUTEP para el resurgimiento del FENATE, ahora ya con partida de reconocimiento por parte del Ministerio de Trabajo?
DE DIRIGENTE SINDICAL A JEFE DE ESTADO
De seguro el ministro de trabajo, evaluó la existencia de dos sindicatos en una misma familia laboral, en este caso magisterial. Ahora, ¿Quién debe pesar más? ¿quién debe tener más legitimidad? ¿Cuál de los sindicatos debe ser la fiel representación de los maestros?
Que se luche por ellos, por su estabilidad laboral, por un sueldo con dignidad, por los estudiantes y que haya proyectos prácticos por una educación con justicia en el país.
Los dirigentes del SUTEP siempre fueron calificados como “patria roja”, y que no eran consecuentes en las huelgas magisteriales por los supuestos vínculos con los gobiernos de turno, a razón de esto nace precisamente los sutes regionales que encabezaba, Pedro Castillo, hoy convertido como jefe de Estado.
De seguro, ni remotamente pensó esto, el hoy jefe de Estado, como tampoco pensaron los dirigentes del SUTEP, que le veían a Castillo como un dirigente coyuntural que en cualquier momento se iba a desinflar como un globo flotante; como tampoco pensó el mismo dirigente Cerrón, fundador de Perú Libre, que sin la participación del dirigente Pedro Castillo en su partido político, Cerrón no hubiera conseguido ni un representante en el Congreso.
Ahora, ¿Quién es quién como legal y legítimo sindicato de los maestros en el Perú? Los del SUTEP podrían decir que ellos tienen legalidad por los muchos años de existencia; FENATE también ahora lo tiene, si bien es cierto, es una criatura recién nacida, rápidamente adquirió solidez y madurez sindical, pero nace precisamente ante la orfandad de la defensa magisterial.
Pregunto: ¿Cuál de los dos tiene legitimidad?