“La política es un negocio nefasto de constantes desilusiones”
Por: Beto Cabrera M.
En tan solo tres semanas tendremos a un nuevo grupo de legisladores en el hemiciclo. Lo que prima en esta campaña –a falta de propuestas–, ha sido una serie de discursos fragmentados, que apelan al miedo y la confrontación.
“Elige bien”. “Vota a conciencia” suena fácil; pero escoger a un representante no es como elegir un par de zapatos. Los seres humanos tenemos intereses. ¿Cómo puedes saber cuándo alguien va a estar dispuesto a velar por los intereses de sus representados en lugar de los suyos propios? ¿Cómo sabes cuándo verdaderamente eliges bien?
En una campaña sin propuestas; vendría mejor decir “no elijas mal”.
No elegir mal implica elegir representantes que prioricen la gobernanza, Los cambios que el país necesita. Claro que el Congreso debe fiscalizar y ejercer control político; pero aquellos que expresan sus críticas en manera de juicios generalizados absolutos, no dejando más opción que estar totalmente de acuerdo o en desacuerdo, nos llevarán a la polarización –y de eso ya tuvimos suficiente–.
Esos que repiten “interpelación” o “vacancia”, buscan más de lo mismo. No elegir mal es también desconfiar de los demagogos. “Carreteras asfaltadas, pistas, puentes y hasta aeropuertos” “Mejores precios para el arroz, el café y el cacao” ¿Reducir los sueldos de los congresistas? Complicado. Son argumentos efectistas pero de muy poco impacto en lo que realmente necesitamos: generar inversión para tener más y mejor empleo.
Los ciudadanos debemos interesarnos, la política es un negocio nefasto de constantes desilusiones. Pero es el desapego político por parte de la ciudadanía lo que permite que se presenten candidatos que ofrecen tan poco.
Es nuestro deber exigir más para poder elegir mejor.