En el Perú existe un aumento de la deforestación en las zonas de minería ilegal e informal.
En menos de 3 años, se generó una pérdida de más de 23,500 hectáreas de bosques.
Transformación energética total requiere minerales críticos.
José Carlos De Piérola, country manager de ERM Perú-Ecuador, dijo que para dejar un legado positivo para la naturaleza se necesitará una transformación energética total que requiere minerales críticos. También indicó que las empresas mineras podrían invertir en la mitigación y adaptación al cambio climático.
“Tenemos que buscar un legado positivo para la naturaleza y esto va a requerir una transformación total energética a nivel global y esto requiere minerales críticos y para eso tenemos que trabajar en conjunto porque ni siquiera hemos llegado a tener el 10% de la capacidad requerida encaminada a nivel global”, dijo en el Jueves Minero “Naturaleza y Clima: Factores Claves para la sostenibilidad y gestión de riesgos de las inversiones”, organizado por el Instituto de Ingeniero de Minas del Perú (IIMP).
Señaló que en Perú las inversiones de Canadá, Estados Unidos, Suiza, Reino Unido, Australia, que son países que vienen avanzando con la normativa de atención a los riesgos climáticos y de la naturaleza, son más del 50% de la cartera de proyectos. “Eso es aproximadamente 26.5 mil millones de dólares que provienen de países que están abordando estos temas a futuro”, indicó.
Remarcó que las empresas mineras podrían invertir en proyectos de mitigación y adaptación al cambio climático, así como proyectos de conservación, restauración de la biodiversidad y la forestación y demás áreas agregadas. “Eso es un reto, pero a su vez, es una oportunidad porque ya no es una opción esperar y ver qué pasa”, expresó.
Sostuvo que en América Latina hay una doble crisis de clima y naturaleza. “Eso se evidencia en el aumento de la temperatura o de los grados centígrados en los últimos años en 0.84 y la pérdida de la biodiversidad o la reducción de la biodiversidad a través de este indicador, el Living Planet Index, del 94% en nuestra región”, afirmó.
Manifestó que en el Perú existe un aumento de la deforestación en las zonas de minería ilegal e informal. “En la Amazonía, en menos de 3 años, se generó una pérdida de más de 23,500 hectáreas de bosques. Tenemos que ser conscientes de esta situación y ver cómo podemos abordarlo porque en el futuro nosotros vamos a necesitar en los próximos 10 años más mineral de los que hemos requerido en los últimos 200 años”, apuntó.
Por su parte, Andrea Encalada, vicerrectora de la Universidad San Francisco de Quito, resalta no solo el riesgo al que se enfrentan los bosques amazónicos sino también los ecosistemas de agua dulce, donde hay muchos vacíos de información, falta de tratamiento de aguas residuales, “El ecosistema acuático amazónico está bajo amenaza y eso está llevando a la degradación. Podríamos llegar al punto de tener ríos intermitentes, una condición que hasta ahora no se conoce en la Amazonía. Proponemos la creación de reservas fluviales, así como existen las áreas protegidas terrestres”, comenta.
El bioma amazónico tiene una importancia indiscutible a la hora de hablar del clima y ese es otro de los mensajes cruciales del informe. En sus suelos y vegetación hay almacenadas entre 150 y 200 mil millones de toneladas de carbono. “Pero la Amazonía no es solo un lugar de importante riqueza natural sino también cultural. Allí habitan alrededor de 47 millones de personas, incluidos casi 2,2 millones de pobladores indígenas, distribuidos entre más de 400 grupos que hablan más de 300 idiomas. Los territorios indígenas y las áreas protegidas cubren alrededor del 50 % de la cuenca del Amazonas e, históricamente, han jugado un papel fundamental para la conservación de los ecosistemas”, advierte.