A menos de dos mese del proceso electoral regional y municipal
Necesitamos diálogos sobre asuntos esenciales que nos unan como sociedad, como región y comunidad, aspectos elementales para mejorar las condiciones de vida de nuestra gente generando empatía, recuperando la confianza y la apertura hacia los demás.
Estamos a menos de dos meses de elegir 10 alcaldes provinciales, 78 distritales y posiblemente nuevo gobernador en San Martín, en este proceso la historia parece repetirse y profundizarse, post pandemia parece haber crecido la decadencia y conveniencia política en el país y de la que no estamos exentos los sanmartinenses; no podemos negarlo, la democracia como sistema esta crisis y ello es altamente peligroso.
Hace unos días, en un medio nacional el ex candidato Marcelino Aguilar al ser consultado sobre la realidad política en nuestra región no dudó en señalar que “en San Martín también vivimos una descomposición social y política”.
En esa línea de ideas Marcelino Aguilar, no se equivoca, pues la puesta en escena de la politiquería, se vive, se siente en nuestra región, está ahí vivita y coleando, está ahí mutante en el agravio en las redes, en el golpe bajo, en el anonimato cómplice de los propios candidatos, en el trool, el meme y el chisme parecen haber ganado a las ideas, al debate a la propuesta con decencia.
Muy a nuestro pesar, tenemos que admitir, que este comportamiento no se da no sólo en el hombre o la mujer de a pie, en el barrio o la cuadra, lamentablemente este “virus” está el cerebro del profesional como el abogado, el ingeniero, el profesor, el economista, el técnico, el comerciante, en el periodista y comunicador, esta forma de ser, lamentablemente a carcomido casi todos los estratos social, no podemos tapar la realidad, existe decadencia y pereza mental para plantear y discutir nuestros problemas de forma aturada y hasta ahora no lo vemos, en el horizonte no se aprecia no se escucha plantear soluciones coherentes de un trabajos en equipo, no hay un sustento de cómo solucionar el tema de los servicios básicos, no hay un planteamiento claro para afrontar la inseguridad y hasta la basura en nuestras calles.
Es evidente que existen temas que nuestros “ilustres” candidatos y candidatas tratan de sortear, saltar a la garrocha, evadir o hablar como generalidades en temas elementales como: Servicios básicos, ordenamiento vial y territorial, depredación y tala ilegal, basura en las ciudades y que nuestros ríos y quebradas sigan siendo cloacas, nada de nada, ordenamiento vial y territorial, nada de nada.
Y es que estos temas a señores en campaña y sus equipos no “les conviene abordar” es que ahí está el voto, “no podemos chocar con la gente”.
Y ¿cómo se denomina esa actitud interesada que sólo busca con llegar a gobernar una región una provincia o un distrito? Es conveniencia, pura comodidad de personas o de grupos que lo único parece unirles es ganar una mejor condición social, a costa de estado, es decir, meterse a la política como el fin más rápido de asegurar mi futuro y punto. La predica de la política como servicio parce haber quedado en el olvido.
Se dice a manera de justificación que estamos ante un nuevo tipo sociedad que ve la vida bajo los ojos del mercado y el Estado no debe abstenerse de jugar un papel importante en el desarrollo y crecimiento de una sociedad moderna, sino todo lo contrario, tiene la exigencia de demandar gobiernos fuertes y eficientes en todos los niveles, gobiernos regionales y municipales que establezcan un círculo virtuoso de progreso y bienestar social.
Pero nada de esto puede ser factible si existe un alto índice de desconfianza social, sobre todo en las diversas comunidades urbanas y rurales, ya que el problema no sólo fue sembrado por las elites económicas del poder (desde arriba), sino también mantenido de forma estratégica por gobiernos cómplices y Estados débiles, a través de ineficientes políticas públicas y mecanismos interesados de caridad convenida, propias de una economía neoliberal importada, que únicamente que ha servido para administrar y reconcentrar la pobreza.
Como sobrevivientes de la pandemia que nos ha desnudado como sociedad y moralmente ha mostrado su peor rostro con el lucro de la medicina el tráfico del oxígeno y el comercio de vida en la medicina, salvo honrosas excepciones.
La democracia y la libertad, están en peligro, por nuestra gente digna y honesta del campo y la ciudad en nuestra región y el país alzamos nuestra voz, gracias a la libertad de palabra y pensamiento que aun podemos ejercer.