La amazonia enfrenta retos sin precedentes, el cambio climático
Ante este tipo de situaciones es donde aparecen los verdaderos líderes, capaces de convertir circunstancias negativas en oportunidades. Ese líder es el que necesitamos ahora.
La falta de lluvias y el fuerte sol registrados durante los últimos meses se dejan sentir en la agricultura y la ganadería, las consecuencias de este fenómeno climático que los especialistas han advertido van a originar una dura crisis en la economía de las familias del campo de nuestra región.
Agricultores de la Bellavista, Juanjui, Picota y Saposoa, han informado que el aumento de la temperatura ha mermado la humedad del suelo y el caudal de los ríos, “nos esperan tiempos difíciles, el calor es insoportable, nuestras plantaciones necesitan agua para desarrollarse» anotaron.
Tradición milenaria amenazada por el cambio climático
Paradójicamente, en la última campaña ha beneficiado el aumento del precio del cacao, aliviando la economía de miles de familias en la región, pero, la satisfacción o la alegría ha sido corta, como un monstruo apocalíptico el cambio climático nos muestra sus garras. San Martín enfrenta una encrucijada sin tener un liderazgo capaz de dar salidas a la crisis que va afectar en corto, mediano y largo plazo.
La prevención, la planificación y la informalidad de la sociedad y de las propias instituciones del estado muestran su lado más débil: Capacidad en nuestras autoridades para gestionar ante el estado acciones de contingencia de nuestras autoridades regionales.
El país no cuenta con brigadas especializadas para combatir incendios como existen en otros países.
– No tenemos equipos de bomberos forestales, decisión que le corresponde al gobierno nacional.
– Nuestras Fuerzas Armadas y Policiales, no están capacitadas, ni equipadas, decisión que corresponde al gobierno, como política de seguridad del estado.
– Las acciones de PREVENCIÓN, están ausentes en todas las instituciones. LAS POLÍTICAS Y/O ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN, no existen. Siendo ésta una fortaleza como sociedad y como estado.
De vuelta a nuestra realidad y el testimonio de dos actores.
El cacao en Perú, un cultivo ancestral con más de 3,000 años de historia, se enfrenta a amenazas sin precedentes. La crisis climática y la migración de jóvenes hacia las ciudades están poniendo en riesgo la producción del ingrediente esencial del chocolate.
La crisis climática altera los patrones de lluvia y reduce los niveles de los ríos, impactando negativamente en las cosechas de cacao.
Manuel Guevara, un agricultor de cacao en Saposoa ha visto su cosecha reducirse drásticamente. “El cambio climático nos ha afectado mucho. La falta de lluvia afecta directamente la solidificación de la flor” explicó Morales.
San Martín, uno de los mayores productores de cacao, café y arroz enfrenta serios desafíos. La crisis climática ha generado condiciones meteorológicas cada vez más extremas, alterando los patrones de lluvias y reduciendo los niveles de los ríos, lo que ha impactado negativamente en las cosechas. Aunque se han realizado avances tecnológicos para crear árboles de cacao resistentes a enfermedades, la solución todavía parece lejana.
El precio del cacao ha subido significativamente debido al cambio climático en el Congo y Costa de Marfil en el África, que eran los principales proveedores del grano de cacao a Europa.
En agosto de 2023, el precio de una tonelada de cacao en el mercado internacional era de 3,400 dólares, llegando casi a 8,400 dólares en julio de 2024. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos, buena parte de la producción de árboles de cacao podría desaparecer para el año 2050.
Mientras tanto, los agricultores están tratando de adaptarse. Roberto Moncada, otro agricultor de cacao de Tocache, explicó a VOCES que las variaciones en el clima han afectado seriamente sus sembríos, “no tenemos asesoramiento ni apoyo técnico, es una situación desoladora ver a nuestras plantas secas, tenemos créditos con las cooperativas que cumplir, tenemos que ver una salida de forma conjunta”, anota.
A pesar de estos desafíos, los especialistas sugieren implementar prácticas agrícolas regenerativas y conservación del entorno para proteger sus cultivos. Estas medidas incluyen la reforestación para proporcionar más sombra a los árboles de cacao, con el fin de reducir las temperaturas y la evaporación.
La resistencia de algunos agricultores como Roberto Moncada y Manuel Guevara es admirable, aunque sus cultivos han visto reducirse, ellos persisten en su trabajo honrado, honesto y esperanza de lograr una salida legal, mientras tanto, muchos han optado por cambiar a cultivos ilícitos. Sin embargo, Moncada y Guevara se mantienen firmes a la tradición del cacao, y como ellos existe gente de bien en campo que apuestan por la legalidad y la honradez a pesar de la desidia de los gobernantes.