Los “NINIS” son jóvenes entre los 15 y 19 años no generan ingresos ni acumulan capital, de los cuales dos tercios son mujeres.
La Red de Estudios para el Desarrollo (REDES) identificó que un 15,6% de jóvenes –más de 36 mil– entre 15 y 29 años no estudian ni trabajan en la región San Martín. Estas personas se denominan “ninis” y la reciente cifra es mayor a la registrada en el 2019, de acuerdo con la información de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO).
“Esta situación afecta profundamente a los jóvenes peruanos porque no pueden generar ingresos ni acumular capital, esto es algo que impacta negativamente en el desarrollo social y económico del país. Además, la falta de oportunidades laborales para la población más joven limita la posibilidad del desarrollo de sus habilidades”, explicó Oswaldo Molina, economista de REDES.
A nivel nacional, en Perú, dos tercios de «ninis» son mujeres, quienes enfrentan barreras económicas y responsabilidades domésticas que las alejan de la educación y el empleo. Aproximadamente, un 22% de mujeres ninis no busca trabajo porque realizan quehaceres domésticos; mientras que solo el 2% de hombres no busca trabajo por la misma razón.
“No todos los jóvenes «ninis» comparten circunstancias similares. Algunos están activamente buscando oportunidades laborales o educativas, mientras que otros enfrentan barreras personales o estructurales que limitan su participación laboral o acceso educativo” precisó el especialista.
¿Qué pasa con las oportunidades?
Según indicadores del Banco Mundial, la recesión económica del 2023, con una caída del 0,6% en el PBI y una reducción del 7,2% en la inversión privada, ha impactado negativamente en la generación de empleo. El bajo crecimiento económico impide que el país se recupere a niveles pre pandemia y, por lo tanto, la economía informal a menudo representa la única opción laboral para los jóvenes con largas jornadas laborales, falta de seguridad social y salarios por debajo del sueldo mínimo.
“A fin de generar empleos formales y de calidad para los jóvenes, es necesario que la inversión privada crezca. Esto no solo impulsa el desarrollo económico a nivel nacional, sino que también crea oportunidades laborales sostenibles y alineadas con las demandas del mercado”, puntualizó.
Molina señala que en algunos casos se pueden orientar hacia trabajos en sectores con alta demanda laboral, como electricidad, construcción, soldadura, trabajos técnicos y ventas.
Además, indica que es esencial ofrecer oportunidades de desarrollo profesional a los jóvenes a partir de programas de capacitación que incluyan pasantías y mentorías que los acerquen con posibles empleadores.
“Es clave ofrecer programas flexibles, como educación a distancia y/o formación técnica que se adapte a las necesidades de cada persona. Además, es crucial implementar políticas gubernamentales que reduzcan la deserción escolar por falta de recursos económicos; entonces, ayudas financieras, becas y subsidios podrían mejorar las condiciones de vida de los jóvenes con más bajos recursos” enfatizó el economista de REDES.