La candidatura de Julio Guzmán, es indudablemente una estrategia de quienes tienen interés en hacerse de las riendas del estado peruano para la realización de sus intereses.
¿Quiénes son?, ¿No sabían lo que hacían? ¿Al presentar su solicitud de inscripción sin cumplir los requisitos, ignoraban el procedimiento? Si lo ignoraban, ¿así pretenden gobernar un país?
Pero no ignoraban los requisitos necesarios para la inscripción, simplemente pensaban resolverlo en el camino, despreciando como todos los informales el cumplimiento de la ley y las normas que se han dado para organizar nuestra vida ciudadana.
Hasta quienes lo apoyan reconocen que NO CUMPLIO LOS REQUISITOS DE INSCRIPCION, entonces no merece participar en este proceso electoral.
Sin embargo todo este problema tiene un objetivo evidente, que el próximo gobierno tenga el mínimo de legitimidad, que sea débil como lo fue este que se va, acusado desde su inicio de “chavista” y luego de pretender la llamada “reelección conyugal”. Los peruanos deberíamos preguntarnos ¿A quién le conviene un gobierno débil?
Nuestra patria necesita con urgencia hacer que prevalezca el cumplimiento de las leyes, por encima de cualquier interés, la prosperidad de los pueblos se fundamenta no solo en el trabajo de sus ciudadanos, sino también en el esfuerzo que estos hacen para que prevalezca las normas y las leyes ya que estas siendo imperfectas permiten que cada ciudadano acceda a bienes y servicios según su trabajo o esfuerzo realizado y sed respeten sus derechos que como persona le asisten.
Quienes exigen ser exceptuados del cumplimiento de las leyes no construyen ni ponen la cuota que les corresponde para consolidar los avances democráticos que con duras luchas hemos conseguido en las ultimas décadas.