En San Martín, si queremos conocer las acciones que desarrolló la cooperación internacional para recuperar espacios donde dominaba el narcotráfico y lograr que las familias del campo vuelvan sus miradas a productos sostenibles como el cacao, el indicado es el Ingeniero Darwin Del Águila Solano.
“Articulando a la gente del campo, gobiernos locales, el gobierno regional, el nacional, la cooperación internacional, trabajando a conciencia hemos obtenido resultados positivos que están a la vista.”
Entrevista: Beto Cabrera Marina
“Entré a trabajar en la cooperación americana cuando ocurría eso. Yo ingresé con una empresa contratista que se llamaba Chemonix. No era una ONG. Muchos no entendían eso. Esta empresa me buscó, primero tenía un director americano, después entró un chileno-americano muy bueno, experto mundial en desarrollo local», nos comenta el Ingeniero Del Águila Solano.
Y le dimos una transformación total a la cooperación americana, invertimos como 600 millones de dólares, entregamos 108 colegios al Ministerio de Educación. Hemos hecho redes de energía, caminos, colegios, postas, hemos convertido a San Martín en el primer productor de cacao del Perú, pero nosotros éramos una empresa privada que trabajábamos por resultados, no éramos una ONG.
Un día contactamos con un representante de una ONG que se dedicaba a la siembra de algodón. Me mostró algunas fotos, pero cuando voy a buscar los algodonales, no había ni uno. O sea, hay gente que no merece la pena.
El tema es complejo, pero con un trabajo serio y articulado en todos los niveles hemos convertido a San Martín en el primer productor de cacao, de café, pero también productor de arroz, de palma aceitera y de sacha inchi índica.
Cinco productos, nos convertimos en los primeros productores. Lo que señala es: «la plata que nos daban era para invertir en el desarrollo de capacidades».
O sea, no le regalábamos “cositas” a la gente, sino les desafiábamos y les enseñábamos a trabajar. Les enseñábamos a sembrar el cacao solito, sembrar piñas, les hacíamos sembrar, criar gallinas, cuyes, para que su economía sea diversificada. Se han fortalecido las capacidades de la gente del campo.
Los primeros ocho meses, para las obras, centramos a los pobladores de las comunidades como mano de obra para que tengan ingresos, les enseñábamos a hacer sus almacenes, siembra, abono, poda, injertos. Prácticamente les obligábamos a aprender.
Pero con un factor elemental: había cooperación articulada entre los actores, Chemónix, USAID, los gobiernos locales, la voluntad política del gobierno regional y nacional.
Ese era el otro tema importantísimo, nosotros los llevábamos a organizarse en asociaciones, en cooperativas, ahí nació Acopagro, como 15 cooperativas cafetaleras en la región. Hemos armado y les articulábamos con los compradores.
Un día viene una auditoría de USAID, contratada por una empresa de Francia, y encuentra a la gente de Acopagro comercializando su cacao, como 500 toneladas. La mitad de la muestra estaba allá en ICAM, en Italia, y la otra mitad estaba aquí, y los degustadores de Acopagro estaban degustando y encajando en un programa. Los degustadores de ICAM, en el otro lado del mundo, estaban haciendo lo mismo. Al terminar la degustación, una vez que se nivelaron los sabores, empezaron a negociar el precio.
Los auditores se quedaron sorprendidos a nivel tecnológico que los habíamos llevado a las organizaciones. O sea, trabajamos seriamente. Acopagro, ahora, es la segunda productora de cacao orgánico de América del Sur.
¿Qué hubiese sido de San Martín si tuviéramos tres o cuatro cooperativas o asociaciones en ese nivel?
Y así hay, no son tan brillantes como Acopagro, pero están regularmente bien articuladas con el mercado externo.
Para resumir, tu idea, Ingeniero, es que algunas ONG’s no hacen su trabajo y otras sí trabajan bien.
Trump está tratando de liberar esos recursos, que ayudan seguramente a EE. UU., pero ojo, los narcotraficantes necesitan zonas donde se da mejor la coca. En San Martín, se ha reemplazado una economía nueva. No sólo es de cultivos alternativos, es una economía nueva, porque también tiene gobernanza. Trabajamos para que las comunidades tengan una buena dirección, para que también tengan buenas autoridades.
¿Cuántos años trabajó usted para Chemonix?
Como 10 años en Chemonix y para el PDA, y unos cuantos años más para la Alianza Cacao-Perú, que era una consolidación de todo lo que hemos hecho en el PDA.
¿Teniendo estos antecedentes, usted considera que el gobierno peruano debería evaluar alternativas?
Claro, no todo es malo. Hace como tres meses vino un funcionario de USAID, César Calment, con varios estadounidenses, y me buscaron de guía. Estaban diseñando un nuevo programa de digitalización para que, utilizando la tecnología por medio de los celulares, den asesoramiento a sus socios en la aplicación de podas, fertilizantes, todo el paquete digitalizado, de tal manera que no se dispersen para que la productividad se mantenga alta.
Ahora, la Comunidad Económica Europea nos ha dado plazo, ¿hasta diciembre de este año?
Con ellos, el tema es el cuidado del medio ambiente, la deforestación, la economía circular. Tenemos que superar la deforestación, reutilizar todo en el chacra, no generar desechos orgánicos e inorgánicos. Todo tenerlo bajo control.
¿Estamos trabajando en ese desafío?
Debemos implementar lo que tenemos avanzado. Los profesionales y técnicos tienen que hacer trabajo de campo. Tenemos ahora cooperativas que exportan casi un contenedor diario, porque llega casi a 3,000 contenedores.
Ojo con el otro veneno: La amapola.
En Voces hemos publicado la exportación de café orgánico a Japón, producido en el Bosque de Protección Alto Mayo y por mujeres.
Se incorporan ahí la variable de género, la inclusión de la mujer, la protección del BPAM y el cuidado del medio ambiente. Es interesante. El tema en el BPAM, que es una hermosura impresionante, es que desde el mirador empiezas a ver huecos en el bosque. Esos huecos son de amapola, que se siembran ahí para sacar el otro veneno, la otra droga.
A manera de conclusión:
- Con la experiencia del desarrollo alternativo en San Martín, identificando los factores que explican los resultados obtenidos, tanto en la promoción del desarrollo productivo e inclusivo de la región como en la reducción de los cultivos de hoja de coca.
- Existe material donde se ha evaluado la sostenibilidad de las acciones realizadas y se explora la posibilidad de replicarlas en otras regiones, dentro o fuera del Perú. Para ello es necesario que el tema sea analizado por profesionales con experiencia, con un enfoque de Desarrollo Económico Local y de territorio.
- Los cambios ocurridos en los últimos 30 años en la región, a nivel económico, social, político e institucional; en especial las acciones e interacciones de los actores económicos y sociales, como es el caso de los procesos de articulación empresarial, asociatividad, concertación público-privada y construcción de capital social.
- A la fecha es de vital importancia analizar la situación actual de seguridad en la región, la presencia del narcotráfico y su influencia en los conflictos sociales, así como sus efectos en el desarrollo local y regional.
En la década de los noventa, se produce la derrota del terrorismo, tanto en la región como a nivel nacional. La erradicación de cultivos de hoja de coca toma mayor fuerza y se mejoran las políticas y métodos del desarrollo alternativo, con un importante impulso de la cooperación internacional que incrementa sus recursos humanos y financieros en la región, a los que se suma la participación del Estado y del sector privado peruano.