Me ha causado una impresión profunda lo observado con el exdecano o decano de la facultad de Ingeniería Civil y Arquitectura. El espectáculo acometido ayer, en donde un gran número de estudiantes exigían su salida y él se aferraba al cargo con todo lo que tenía en manos.
En primer lugar, ver una discusión bizantina al interior del auditorio de ingeniería civil en donde intentaba justificar su permanencia y luego enfrentarse a los estudiantes de tú a tú.
Permitió que le cerraran el paso y se permitió a sí mismo el espectáculo de agarrarse a empellones con los estudiantes.
Se permitió quedarse más de 20 minutos soportando la retahíla de insultos que caían como una lluvia sobre él. Permitió todo lo que le sucedió y no le puso freno con una actitud más caballerezca, que era lo único que le quedaba: “irse”.
Si es que tiene la razón, el tiempo se encargará de dársela. Si es que no la tiene, hubiese perdido con dignidad. Pero el espectáculo de ayer, se suma al archivo visual de los sanmartinenses al ver su universidad en el proceso de recuperación tras un tiempo de oscurantismo impuesto por los nunca mejor llamados “talibanes”.