El cumplimiento de la ley, no debe significar abuso contra los que menos tienen. A ver que le vayan a botar la pared a la Inmaculada, o hacerle cumplir la ley a la discoteca Anaconda que perturba la paz de los ciudadanos moralinos con estrepitosa bulla que se escucha en 10 cuadras a la redonda.
Ahí sí son cobardes, ahí les tiembla la mano, porque ellos sí tienen la capacidad de dialogar… en la billetera y en las amistades que manejan al interior de la comuna.
Aquellos que no tienen ambas capacidades, deben, como siempre, agachar la cabeza y ver cómo lo poco que tienen les es arrebatado, como se vio en imágenes de un vendedor de choclos, a quien le arrebatan su carretilla…
Y son tan malos, porque no hay otro calificativo, que en muchos casos ni siquiera devuelven lo que arrebatan.
He visto en la ciudad de Loja, una forma más efectiva de luchar contra la informalidad: educar a la población para que no compre a este segmento, por fomentar el desorden y amar a su ciudad. Pero también existen estas intervenciones que no tienen este carácter tan deleznable y violento de parte de los municipales. El fachismo, así de violento avergüenza a nuestra ciudad.