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jueves, enero 16, 2025
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Figura de transición

Algo raro está pasando en nuestro país y tal vez no lo estamos percibiendo en su verdadera magnitud, ser mujer en el Perú parece estar convirtiéndose en un verdadero peligro, el acceso que poco a poco va logrando, su visibilidad cada vez más notoria está trastocando las estructuras del poder que mantienen muchos paradigmas aun sosteniendo una sociedad que se resiste a cambiar y desde todos los frentes pareciera existir un ataque a la presencia de ellas.

Somos espectadores de una tendencia que poco a poco va alcanzando más notoriedad en los medios, que desde mi punto de vista es también un acto de violencia contra las mujeres: La reproducción asistida, aquella magnífica oportunidad que la ciencia nos brinda para el sueño de la maternidad hoy es utilizada para mostrar que la familia no requiere de una madre, que dos varones pueden suplir esa maravillosa presencia en nuestras vidas que ha sido pieza clave y fundamento de la familia tradicional, ¿no es acaso un acto también de violencia velada intentar menospreciar su rol?.

Fui testigo de excepción en la vida de una extraordinaria mujer que, junto a mis cuatro hermanos, hicimos parte de su rutina el tiempo necesario y suficiente para entender y comprender que la evolución de la humanidad no sería posible sin ellas, en un mundo cada vez más hostil al propio ser humano, es necesario formar el carácter de las nuevas generaciones, hoy más que nunca se requiere de ellas en la formación de los hijos, el pensamiento sistémico es fundamental para las exigencias de este nuevo milenio, el instinto de protección por alguna razón se les ha sido otorgada a ellas, misión que la cumplen impecablemente.

Aun mantengo fresca en la memoria la firmeza de sus decisiones cuando de proteger el futuro de sus hijos se trataba, con cinco a cuestas no le tembló la mano para asumir el rol de padre en la formación integral, renunciando incluso al de mujer para dedicarse en cuerpo y alma al crecimiento y desarrollo de su familia, mutilada por la incomprensión y la ceguera machista, había que tener coraje para asumir todos los riesgos sin contar con los recursos materiales, es solo años después que entendimos que los sueños se construyen de decisiones firmes con coraje y fe, mucha fe, teniendo siempre la imagen en mente de lo que se quiere lograr.

Nos tocó vivir una infancia sin carencias afectivas ni materiales, nunca escuchamos una queja, un solo lamento, la vida parecía tan fácil entonces, si algo salía mal la culpa no estaba afuera, se asumía y continuaba, el problema no estaba en caerse, el verdadero problema estaba en no levantarse nos repetía siempre, en casa nunca faltaba nada tampoco sobraba nada, éramos felices.

La fragilidad que muestra su cuerpo contrasta con la fortaleza inquebrantable de su mente y la firmeza de su carácter que aún nos sigue sorprendiendo a pesar de los años, nunca olvidaré la lección que nos dio el día que una biopsia confirmaba lo que todos temíamos, el maldito cangrejo venía por ella, entre la cirugía y la extirpación, entre la radio y la quimioterapia, a sus 75 años consideró que había mucho por vivir y una vez más salió ganando, 5 años después luego de 16 sesiones de quimioterapia al cáncer no le quedó otra que retroceder, una vez más salió exitosa.

Mujer que lucha todo el tiempo imprescindible en la vida, a sus 80 años aún sigue batallando y junto a sus amigos contemporáneos en el Club de la Amistad y Solidaridad hoy luchan contra el enemigo más frío y desolador que pueda existir para las personas de avanzada edad: La soledad.

Tuvimos y aún tenemos el privilegio de vivir junto a una mujer que decidió en un momento de su vida ser Figura de Transición, que el filósofo Terry Warner denomina a la persona que es capaz de cambiar modelos de comportamiento que vienen de generaciones previas y transferir modelos nuevos y más saludables a futuras generaciones. Como no tener respeto y admiración por las mujeres, como no sentir profundo dolor al ver el maltrato de una sociedad necia que se resiste en dar el lugar que se merecen si tuvimos el honor de ser formados por una de ellas.

P.S.: Este articulo está dedicado a todas las mujeres, especialmente a mi madre como homenaje por sus primeros 80 años de trayectoria y por el éxito que ha alcanzado en la vida, sus cinco hijos le damos el mayor reconocimiento por el esfuerzo y dedicación en la formación de personas libres y de buenas costumbres. Eternamente agradecidos: Gabriel, Américo, Ronald, Teresa y Marcelino.

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