Antes un sentido pésame a la familia del Dr. Fermín Alberto Caro Rodríguez.
Sin ser defensor de Nadine Heredia, sin entrar en detalles de su extremada influencia en el gobierno del expresidente, pero despojándome de aquello que no sea el sentido común, vuelvo a despertar un artículo de los que tengo apresados en el ordenador hace un buen tiempo, ello por un par de razones que describo en los párrafos seguidos.
Una de las razones es que me da asco, huele a heces, ver a congresistas fujimoristas y apristas levantar la voz diciendo que “Nadine se fugó”, “Ya ven se fugó”, y esgrimen razones de poco peso legal y sólo se centran en que se le investiga por delitos de los cuales el Ministerio Público ni siquiera ha emitido acusación, no ha tenido impedimento de salir del país, las acusaciones que se le hacen, legalmente, son inconsistentes, de modo que ni el Ministerio Público, ni mucho menos el Poder Judicial han podido generar razones de peso para que se le impida salir del país.
Las fugas no se producen de la forma en que Nadine Heredia se ha ido del país, las fugas se producen de la forma en que Alan García y Alberto Fujimori lo han hecho.
El primero escapando de procesos judiciales hasta que los delitos por los que se le acusaba prescribieran, no se fue por trabajo, ni mucho menos, se fue huyendo, sí hu-yen-do, le temía a esas cárceles de donde había sacado a narcotraficantes, corruptos y delincuentes de toda marca y nacionalidad, le temía a esas cárceles donde desató un atroz genocidio durante su gobierno, le temía a esas cárceles de donde ayudó a salir a Polay, pero sobre todo le temía a un sector de la población que había sufrido el descalabro económico, moral y material en que nos había dejado, porque valgan verdades al Poder Judicial no le temía pues ahí estaban sus acólitos como hoy, y después regresó como si nada y la historia es conocida. Nos hizo de cojudos, este sí que la hizo y la sigue haciendo.
Lo del segundo no fue menos vergonzoso, se fue huyendo, sí huyendo después que se develaron los vídeos de la más baja calaña que sobre corrupción y actuar delincuencial se hayan producido en el mundo, llevándose increíbles cantidades de dinero del fisco, fugó de la manera más vergonzosa y rateril, después nos quiso hacer de cojudos, y cayó preso, y sí la verdad es que nos hizo de cojudos, pues está en una cárcel dorada y su podrida gente se ha apoderado del congreso (la minúscula es adrede), porque así de minúsculo es ese congreso que no es más que la despensa económica y reclusorio de tanto ocioso que responden a los intereses de Keiko y su familia.
La otra razón es que jode que gente con rabos puntiagudos como el de un conocido roedor hoy se llenen la boca con el tema de la fuga.
Por sí los apristas y fujimoristas no sabían lo que es fuga, ahí está sin conceptos, sin diccionarios, con ejemplos puros y sencillos, por ello es que el tal Becerril y el tal Del Castillo, y en general apristas y fujimoristas deberían amarrarse la lengua y tener un atisbo de vergüenza, aunque pedirles esto último es pedirle peras al olmo, porque el olmo da buena sombra, pero no peras, así de simple y llano.