Aclaremos esto: lo que se pretende es la formación de un “NUEVO” sindicato, no se tiene que ocultar esto a los maestros. Se pretende la organización de un nuevo sindicato que no tiene derecho a llamarse SUTEP pues no reconoce los 45 años de historia de nuestro glorioso gremio magisterial, no reconoce los estatutos ni la figura representativa de Horacio Zeballos, líder fundador del SUTEP.
Pretenden llamarse SUTEP cuando han dinamitado la unidad insultando, difamando, calumniando demostrando una y otra vez que lo único que les interesa a algunos es utilizar al sindicato como una plataforma para sus proyectos políticos, personal o de grupo. Pueden formar su sindicato pues tienen la libertad de decisión para ello, pero la verdad es que no pretenden ni cambiar ni mejorar al SUTEP ni siquiera reestructurarlo; su gran sueño no es noble sino todo lo contrario: destruir, desaparecer un sindicato para formar OTRO que por cuestión de simple coherencia no puede ni debe llamarse SUTEP.
Castillo mismo confirmó al diario La República que tiene la intención de liderar un nuevo sindicato, y eso cada maestro tiene que saberlo. Muchos maestros están a favor de cambios, mejoras y hasta reformas al interior del sindicato, lo cual se tiene que dar necesariamente; pero de ahí a querer salirse de su sindicato, a querer formar OTRO, como el mismo Castillo lo reconoce, hay una enorme diferencia.
No se puede botar al tacho 45 años de historia, con muchos logros ganados a favor de los maestros del Perú. Que hubo desaciertos, seguro y muchos, pero también es verdad que los derechos y beneficios que hoy en día disfrutamos los maestros los ha arrancado el SUTEP en las calles en gloriosas jornadas de lucha desde los años 70 del siglo pasado.
¿Quién traiciona? ¿El que lucha por su sindicato o el que pretende destruirlo, dividirlo? Hemos logrado la unidad afirman. Yo pregunto ¿Cuál unidad? Hoy el más grande e importante sindicato del Perú está dividido, fragmentado y sus enemigos de siempre hacen fiesta por ello. Hemos logrado la dignificación del maestro afirman, ¿Entonces antes de la huelga el maestro no tenía dignidad? Terrible falacia que afirman tan fácilmente.
Soy Sutepista y defenderé mi sindicato como lo debe hacer todo maestro: Con convicción. El sindicato de Horacio Zeballos, el sindicato de José Ramos Bosmediano, el sindicato de las históricas huelgas del 78 y 79, el sindicato que en los noventa se mantuvo firme en contra de la dictadura de un miserable vende patria de apellido japonés. A ese sindicato defiendo, a ese sindicato pertenezco. A mí no me quieran vender gato por liebre.