Puede que no los reconozca por su nombre LOS GEDEONES INTERNACIONALES, pero de seguro conoce el librito que reparten; ese que en su tapa azul dice con letras doradas: “ESTE LIBRO NO SERÁ VENDIDO”. Nos referimos al Evangelio de Jesucristo, esa porción de la Biblia conocida también como El Nuevo Testamento, y que a veces viene impresa con el libro de los Salmos y Proverbios. LOS GEDEONES son responsables de imprimir estas Mini-BIblias y repartirlas gratuitamente por todo el mundo.
Desde 1908 esta asociación internacional de hombres de negocio y profesionales cristianos promueve la lectura del Evangelio repartiéndolo en hoteles, penales, hospitales, colegios, y otros muchos lugares. Lo hacen voluntariamente motivados por la convicción que su mensaje puede cambiar y transformar la vida de cualquiera, de la misma manera que los transformó a ellos. No son una iglesia ni son pastores, son solo cristianos que comparten su fe, que dan de su tiempo, esfuerzo y dinero para obsequiar las Sagradas Escrituras con la esperanza que la lean. No piden nada a cambio. Sólo aconsejan que la lean con sumo interés, con frecuencia y oración. Textualmente dicen:
“Léala para ser sabio, créala para ser salvo y practíquela para ser santo. Contiene luz para guiarle, alimento para sostenerlo y consuelo para alentarlo. La Biblia es el mapa del viajero, el cayado del peregrino, la brújula del piloto, la espada del soldado, y el itinerario del cristiano…”
El nombre de LOS GEDEONES proviene de Gedeón, un líder que Dios usó para liberar a su pueblo de la opresión*. Gedeón hizo mucho con poco. Su ejército de tan solo trescientos hombres venció a un ejército numéricamente muy superior. La fe y el ingenio se sobrepusieron, con teas encendidas cubiertas con cántaros de barro se acercaron por la noche a las filas enemigas y dieron inicio a la batalla. Al romper los cántaros las antorchas alumbraron alrededor, y con gritos y toques de trompeta confundieron al enemigo, el cual hiriéndose entre ellos huyeron. De ahí que su logotipo sea un cántaro con una antorcha.
Ellos siguen haciendo mucho con poco. Ese libro, aunque pequeño de tamaño ha hecho grandes cosas en las vidas de millones que reconocieron su necesidad espiritual. Y no es para menos, es la Palabra de Dios. Muchos la reciben y leen con agrado. Otros la reciben para olvidarla o reducirla a una especie de amuleto. Otros la rechazan con miedo porque dicen que “es la Biblia de los protestantes”. Hay directores de instituciones que por pensar de esta manera, no dan el permiso para que las distribuyan en su institución; lo que es una lástima. Primero, porque el miedo es infundado. La traducción conocida como la versión Reina-Valera de 1960 y que es la usada por LOS GEDEONES en los países hispanos, tiene el mismo mensaje que cualquier versión católica del Nuevo Testamento. Y segundo, impedir su distribución es impedir la posibilidad de cambio de vida de un interno de un penal, la salvación de un huésped en un hotel, la esperanza para un joven estudiante, el aliento para un enfermo o moribundo. Historias reales por todo el mundo dan testimonio que efectivamente, el Evangelio es “poder de Dios para todo aquel que en él cree…”*
En nuestro país y en nuestra región hay campamentos de LOS GEDEONES. Justo en estos días han estado visitando varios lugares en San Martín y tuvieron una reunión de capacitación en Tarapoto. Que Dios bendiga el trabajo que realizan. Y si usted es un creyente fiel que además tiene un negocio o es profesional, entonces apoye esta causa. Apoyemos la repartición de Biblias mientras se puedan repartir, mientras la ley lo permita; porque llegará el tiempo en que se restringirá su distribución y lectura. Como bien dice el versículo lema del campamento en Perú: “…es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene cuando nadie puede trabajar”.*
Que las buenas noticias del Evangelio continúe alumbrando y transformando la vida de millones.