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domingo, mayo 11, 2025
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¿Hacemos el amor?

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Relájate, deja que tus músculos hagan las paces con los míos. Deja que mis manos escriban sobre tu cuerpo los pecados que pienso cometer contigo. Deja que te muestre que existen espacios que desconoces. Deja que mis sonetos rimen con tus piernas. Déjame conjugar con tus labios. Desnúdate, vamos a corrompernos de pasión, vamos a firmar la sentencia de nuestros cuerpos con el tiempo, vamos a sudar hasta que nuestras mejillas brillen más que las mismísimas estrellas…

¿Hacemos el amor?
Es el placer más intenso que un ser humano pueda sentir, como si un relámpago pasará por la columna vertebral. Si hay una contraseña para develar los misterios del orgasmo, esa es: “Relájate y goza”, a la que como segunda clave de acceso, deberíamos sumar: “Conócete a ti misma”.

Muchos momentos en la escritura son un verdadero orgasmo. Escribir es un acto sexual y más en mi caso, que escribo apasionada y generando torbellino de emociones. Es un lujo sentir esto.

Llegó un momento en mi vida en el que decidí que debía conocerme, explorar en mí y saber cómo llegar a sentir placer. Me concentré en alguna fantasía sexual preferida, hasta que un acto sexual que me hizo sentir el mejor orgasmo de mi vida: ESCRIBIR. Y desde ese primer ORGASMO LITERARIO un 15 de noviembre del 2013, ya han pasado 3 años en que cada semana el grito de placer fue entregado en un artículo más de “CON AROMA A CAFÉ”

Para muchos el orgasmo es un momento de placer extremo y se ruborizan al escucharme hablar de él con normalidad, sienten que invado lo más íntimo de sus camas y me quieren mojar con agua bendita (con este calor no vendría nada mal quedarme mojada). Sin embargo para mí, el orgasmo es un estado de la mente, es ese momento cuando nos emocionamos desarrollando alguna actividad, generando ideas creativas o buscando solución a una situación. Por ejemplo, en este momento que estoy escribiendo este artículo estoy comenzando a sentir la sensación que voy a tener ese orgasmo, intenso y profundo, que me hará suspirar de vez en cuando y relajará mi cuerpo por unos segundos y otros segundos serán tensos como cuando se acerca el clímax. Escribir es como hacer el amor. Mis dedos son la llave al placer, desde el inicio hasta el punto final de la historia. Siento orgasmos y estoy segura que uno o más lectores sentirán lo mismo que yo.

“Hoy me emocionaste, regresé a casa al almuerzo y estuve apasionado con mi esposa, lo que escribes alborota mis hormonas (risas)”, sonrojada escucho la historia de un colega y amigo apodado “Angelina Jolie”. Estoy segura que él y sobretodo su esposa disfrutan tanto como yo al escribir. Esto es el día a día, una experiencia cada semana y emociones que genero en muchas personas, quienes se sienten liberadas con las historias que aquí plasmo, historias que son reales, que quieren ser leídas, que quieren ser amadas. Este lenguaje picante no solo a mí me hace llegar hasta al clímax, sino a ti, al de tu costado y a los que están compartiendo conmigo estas líneas.

Comencé a escribir a los once años, al principio eran solamente poemas de amor, ahora domino una escritura más amplia, más casual, más fresca, más candente. Gozo enormemente como lo evidencian estos 3 años, de ser amada y odiada a la vez, cada historia ha colmado de excitación, de eso estoy segura.

Esta columna es más larga que cualquier relación que he tenido en mi vida. Quiero agradecer a mis lectores, por todo este tiempo que hemos pasado juntos. Gracias a los que me leen desde el comienzo; a los que empezaron a mitad del camino; a los nuevos lectores; a los que se van y luego regresan; a los que se fueron para siempre; a los que han sido protagonistas con y sin permiso; a los que comparten parte de mi pasado; a los que son parte de mi presente; a los que quisiera siempre en mi futuro; a los que me odian sin conocerme; a los que me conocen bien y a los que quisieran conocerme. Y sin duda, gracias a quienes conociéndome, me quieren.

Y ahora, tú…no te vayas, esto aún no ha acabado. Elige el lado de la cama que prefieras, yo te presto mi brazo como almohada, sueña y descansa, mañana será otro día, mañana te pediré la revancha, porque CON AROMA A CAFÉ tiene para rato, estos 3 años son solo el comienzo.
Solo una cosa más: ¿Hacemos el amor?

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