En vida, otorgarle todos los reconocimientos es lo mejor que podemos hacer por las personas, pues una vez ya fallecidas no sirve de nada. Y lo que don Rubén Aspajo ha recibido en muchos años de su vida ha sido solamente reconocimientos.
He podido conocer a este gran ser humano gracias a mi padre, con quien eran amigos y muy allegados, luego mi labor periodística me permitió acercarme a él pues su lucha constante a favor de sus hermanos pacientes era constante.
Rubén Aspajo, fue alcalde de Moyobamba, años después una insuficiencia renal afectó su salud que le obligó dejar su Moyobamba para recibir tratamiento en Lima, desde donde a pesar de su estado, luchaba contra el sistema con el fin de hacer que los pacientes sean bien atendidos y en su lugar de residencia, pues partir a Lima u otras ciudades representaba, como él decía, un vía crucis para los pacientes.
En esta lucha, ha conocido a muchas personas con quienes formaron en Moyobamba una Asociación de pacientes con insuficiencia renal, con quienes lograron que una clínica de Hemodiálisis se instale en Tarapoto para luego firmen un convenio con MINSA y EsSalud para ser atendidos en Tarapoto, ya más cerca a Moyobamba.
Pasaron los años y el pasado 15 de diciembre también logró que en Moyobamba se instale una clínica, donde también se espera la firma de convenio con las instituciones de salud, para que los pacientes sean atendidos en su lugar de residencia.
Don Rubén nos deja la enseñanza de fortaleza y sensibilidad social, pues a pesar de sus dolencias ayudaba siempre y existen muchos testimonios de su desprendimiento y exigencia a las autoridades de turno para que no se olviden de su verdadero rol que es servir a los peruanos.
Buen viaje don Rubén, su recuerdo está en muchas páginas del diario Voces y en muchos espacios de la casa de mis padres que visitó en algunos momentos. A la señora Nora y a sus hijas nuestro abrazo fraterno y sincero. Sabemos que lo recordarán como a él le gustaría: con alegría.