El candelero político regional se está agitando y en medio de este escenario todos hablan sobre la reforma electoral. Unos, como Mauricio Mulder, en nombre de la democracia, pretenden bloquear que nuevos grupos o actores participen en el proceso electoral dejando solo a los eternos grupos, donde unos cuantos se eternizan en el Congreso donde, por ejemplo, Mulder, Velásquez Quesquén, Lescano Ancieta, Víctor Andrés García Belaunde, están desde el año 1995, o sea, ¡más de veinte años…y sin trabajar! Otros están ya por los diez años y más, solo sabiendo leer y escribir, sin saber la tabla de multiplicar, creyendo que el Congreso es su sitio natural.
La reforma electoral debe permitir una mayor participación ciudadana. Si cien personas quieren ser alcalde, que se inscriban, y que se decanten a través de un mecanismo de encuestas serias e imparciales y que un mes antes del proceso electoral se recoja la percepción de votos y solo queden no más de cinco candidatos. ¿No sería éste un proceso más democrático? ¿Por qué impedir que valiosos ciudadanos quieran hacer política para servir a los ciudadanos y no permitir que unos cuantos perversos vivan de la política? Pues, si tanto en el Apra, Acción Popular, Partido Popular Cristiano y los movimientos regionales hay valiosos elementos, también existen ciudadanos que no están partidarizados y por no estarlo no pueden servir a la sociedad porque los partidos han sido secuestrados por sus “líderes”, dizque “naturales”.
La verdadera reforma electoral se dará cuando el parlamento sea totalmente renovado y nuevos políticos entren a dirigir la política. Porque se da el caso que el parlamentario provinciano del partido que llega al poder es el verdadero dueño de la situación como si fuera un cacique, formando su propia mafia. Ocurrió con el Apra, con Acción Popular, con el fujimorismo y con el toledismo donde, por ejemplo, si la cúpula regional y el parlamentario te bajaron el dedo y no eras parte de la camarilla, no existías políticamente.
Quienes resultan elegidos por el voto popular deben rendir cuentas, no a sus partidos, sino a la ciudadanía. Deben presentarse en cónclaves, con reglas precisas, para que informen si han desarrollado nuestras propuestas. Los Frentes de Defensa, las Cámaras de Comercio, los Colegios Profesionales, los productores, etc., deben articular propuestas para hacer una revolución política, de la justicia y una real simplificación de los procedimientos administrativos. No debe haber funcionarios que no se sometan al control político y las sanciones respectivas. Los magistrados deben ser elegidos por la ciudadanía bajo un mecanismo que esté libre de toda sospecha. El futuro, la vida y la felicidad de la gente no tienen por qué depender de decisiones discrecionales, muchas veces injustas, y que no sean cuestionadas y castigadas
Necesitamos una reforma electoral y del Estado que haga posible que la gente viva con plenitud y libre de temores. Que don Juan Inuma haga política activa dentro del escenario de libertad y respeto, evitando a los sicarios políticos. Sé que la ciudadanía estará de acuerdo con esta iniciativa. [Comunicando Bosque y Cultura].