Por Willian Gallegos Arévalo
La historia política del departamento de San Martín, pasó por dos etapas bien marcadas. En una primera, con el Arevalismo y el Reatiguismo, que fueron liderados por Víctor Manuel Arévalo Delgado y por Ulises Reátegui Morey respectivamente. Ellos llegarían a ser figuras descollantes de la política peruana desde los años veinte teniendo fuerte presencia en el escenario político. Ulises Reátegui llegaría a ser ministro de Fomento en el gobierno de la Junta Nacional, que presidió David Samanez Ocampo, en 1931. En cambio, Víctor Manuel Arévalo sería senador en los dos periodos de gobierno de Manuel Prado. Por más de dos décadas el departamento de San martín viviría bajo del calor de estas dos corrientes políticas. Ulises termina su carrera política en el periodo 1950-1956, como diputado. Víctor Manuel lo hace en el periodo 1956-1962 como senador; en 1962 intentaría la reelección, pero ya para entonces tenía fuerte oposición.
La segunda etapa comprende la presencia de dos partidos que polarizarían las simpatías políticas en San Martín. De un lado, el partido de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), liderada por Víctor Raúl Haya de la Torre; de otro, Fernando Belaunde Terry (Acción Popular). Desde un primer instante, Belaunde, poseedor de una juvenil simpatía, congregó a los que pretendieron entender la política como un proceso de renovación. Ambos partidos llegarían a tener partidarios fervorosos y apasionados y tenían mensajes como “la conquista del Perú por los peruanos” y “pan con libertad”, de Acción Popular y el Apra, respectivamente.
Haya de la Torre nunca pisaría tierra sanmartinense; en cambio, Fernando Belaunde recorrería el Huallaga captando adeptos a su causa. Viejos populistas, que primero fueron apristas, me confesaron que la primera vez que vieron a Belaunde les admiró su don de gentes y bonhomía tratándolos a todos con el mayor respeto y deferencia, en una actitud de auténtica sinceridad. Ya describí en una crónica anterior, que la anunciada llegada de Haya a Tarapoto, y que no se concretó, fue la razón de renuncias partidarias que pasarían a engrosar las filas populistas; sin embargo, en las elecciones de 1963, los apristas lograron elegir a un senador y a dos diputados, contra un diputado acciopopulista.
La rivalidad política para las elecciones del periodo 1963-1969, llegó a tal virulencia que en Radio Tropical encontraba eco cuando en sus espacios políticos se cruzaban con una violencia verbal, pero sin salirse de la cordura necesaria. Se zahería el proyecto de la carretera marginal de la selva, pues los del Apra decían que esa vía no serviría para nada y para que sea útil tendrían que ponerle techo en todo su tramo. El Apra tenía un apoyo en Radio Tropical, con el célebre José “Pepe” Vildoso Lack, un periodista de gran formación y nivel cultural. Sin embargo, en lo que a mí se refiere, la mejor chanza en los anales políticos que recuerdo fue encontrar cierto domingo de mayo de 1963, frente al cementerio de Tarapoto, un caballo flaco en extremo y con las costillas expuestas como si fuera una radiografía, con la inscripción: “Apra: 1963-1969”. (Comunicando Bosque y Cultura).