Por Willian Gallegos Arévalo
Ya describimos que Tarapoto es una creación de migrantes que llegaron a esta ciudad y contribuyeron a su engrandecimiento. Es que los procesos históricos se dan así y ocurre en todas las latitudes. El mismísimo Trump es hijo de migrantes; así que…
Investigando en fuentes documentales que logramos conseguir, y recogiendo testimonios personales y propias vivencias, estamos recuperando la historia de esta ciudad que, en las últimas décadas, ha dado un salto demográficourbanístico impensado. Pero tiene su contraparte: la acelerada expansión urbana que le está haciendo perder áreas agrícolas, otrora fuente de su dinámica agropecuaria. Han desparecido, entonces, fincas ganaderas, y la ruralidad va perdiéndose cada vez más sin que ninguna autoridad local pareciera darse cuenta del desastre agropecuario que viene.
Los inmigrantes encontraron en Tarapoto sus oportunidades de desarrollo comerciales y profesionales. Llegaron y se quedaron. Y uno de ellos, entre muchos, fue don Amílcar Rodríguez del Águila (Rioja) quien se afincaría en esta ciudad desde el año de 1965, pasando un breve interregno en la localidad de Sauce donde sería maestro en la escuela primaria donde el director era don Reynaldo Linares Bensimón. Y hay un hecho singular en el desempeño de don Amílcar pues llevaría a ese distrito la primera motocicleta Honda de 90 cc., de color rojo, adquirida en la casa comercial de don Salomón Yengle Rodríguez. El traslado del vehículo cumplió varios tramos: de Tarapoto a Puerto Arce (río Mayo), por carretera; de este lugar a Machungo, en botemotor. De este punto a Sauce el vehículo se llevó en una tarima como si se tratara de una procesión de Semana Santa.
La llegada de la motocicleta fue novedad en el pueblo. En esos años se estaba construyendo la carretera marginal de la Selva. Todas las tardes, después de la jornada laboral -cuenta don Amílcar—le visitaba don Juan García para que le dé unas vueltas por el pueblo. Y ocurrió lo siguiente: al director de la escuela no le pareció decente que un maestro auxiliar tenga motocicleta, y para no quedarse atrás, se compró su moto Honda, color azul, de 50cc, y lo llevó también a Sauce. De este modo, Sauce entraría a la modernidad automotriz, en una época en que el distrito contaba con un sistema hidrográfico cuantioso que ya se está perdiendo ante la indiferencia de las autoridades de los tres niveles de gobierno.
El motivo para que don Amílcar haya llevado una motocicleta a Sauce tuvo motivos pedagógicos: introducir a los alumnos en la mecánica. Cuenta que aprovechó esta circunstancia para enseñarles, aunque de manera incipiente, cómo funcionan los motores de combustión interna. Don Amílcar también llevaría un tocadiscos para fortalecer las relaciones sociales de sus alumnos y donde haría furor “El pajarito”, que cantaba Lina Panchano con la Sonora de Lucho Macedo. En esos años, en Tarapoto, don Miguel Santillán Peláez manejaba una moto Vespa; y Roberto García Crossett, una Lambreta; ambas de fabricación italiana. (Comunicando Bosque y Cultura).