Por Willian Gallegos Arévalo
La formación de Tarapoto tiene una singularidad especial porque, pese a su dinamismo, no ha construido una cultura propia. Esta valoración nace después de un análisis que hizo Carlos Humberto del Águila Delgado, en una de las clásicas reuniones de los Wiwaneros Ancestrales. En muchos aspectos, la historia de Tarapoto es casi una falacia que los diferentes gobiernos municipales y la “tradición” han construido o, de repente, lo estrambótico ha pretendido señalar un derrotero cultural no apropiado. Y lo decimos, para comenzar, con la fecha de la fundación de Tarapoto, que se ha institucionalizado y convertido en una francachela en donde los alcaldes, regidores y funcionarios ponen todo su empeño. Luego, ¿cómo se forma el nombre de “Tarapoto? El profesor esterino-cuñumbuquino, don Eduardo Sánchez Flores, coincide con muchos en el sentido que es más racional que el nombre provenga de la construcción del “poto” o wingo que era parte de una tradición común como una artesanía utilitaria en esta ciudad de larga historia.
Tarapoto es construcción de los emprendedores. Esto ya lo escribí varias veces. Esta ciudad ha crecido porque los emprendedores, casi siempre foráneos, han terminado haciendo de esta ciudad una urbe que ya no tiene parangón en la Amazonía. Por ejemplo, dicen todos, a quienes pregunté, que no hay un lugar en la Amazonía donde se coma mejor. Cierto, porque una chifa como el Tai Pai es algo incomparable; unas chuletas de cerdo no hay como en el Al César, de Milagros Rubio Arévalo; un caldo de gallina, donde “Tú la sabes”; disfrutar de unos tragos en El Lagarto, del jirón Lamas, es para cerrar la noche. Y un sinfín de locales para todos los gustos. Y por la dinámica de esta ciudad, se han multiplicado los hoteles y alojamientos para los feligreses más entusiastas; y me apunto.
Lo que falta en nuestras ciudades y zonas rurales es implementar políticas públicas para consolidar el desarrollo armónico y sostenible. Tarapoto ya es una ciudad caótica, sin espacios públicos, sin áreas verdes que sirvan para el esparcimiento sano de la gente. Todo lo rural vecino a Tarapoto se destruye bajo el paradigma del emprendimiento. Por las calles de esta ciudad circulan vehículos con el escape libre que producen ruidos infernales y las autoridades locales no tienen respuestas o no les interesa el problema. De Tarapoto podría hacerse una ciudad linda y amigable.
Pese a su dinámica que le ha dado el sector privado a Tarapoto, las gestiones municipales no han sabido responder para entronizar una cultura de respeto entre y para sus ciudadanos. No han tenido capacidad para crear y ejecutar políticas públicas. Por ejemplo, ningún alcalde de Tarapoto, ha participado en las sesiones del Comité de Gestión Regional Agrario – CGRA, donde deben articular sus intervenciones los tres niveles de gobierno. O sea, no han tenido capacidad para entender la importancia del rol estratégico del CGRA. Pero no se sorprendan cuando los órganos de control descubran estas omisiones. (Comunicando Bosque y Cultura).



