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viernes, junio 13, 2025
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Los hombres que me hacen gritar

Todos lo quieren, lo buscan, hacen hasta lo imposible por tenerlo y cuando se obtiene, entonces es el grito, la victoria, la emoción, la risa y el llanto. ¡Y ya!… Terminó. ¡Qué alivio! ¡Qué rico!…. ¡Por fin!

El placer no sólo se encuentra en el sexo, sino también en algo menos íntimo y más bien mundano y popular: el fútbol. El sexo y el fútbol, similitudes excitantes. Uno es la equivalencia del otro, no por los minutos, sino porque esperamos el clímax final y hacemos todo para que esto suceda.
La fiebre del fútbol. 90 minutos. Cervezas, apuestas y excitación porque el equipo favorito anote goles y gane. El gol en la portería propia o contraria, afecta nuestro estado de ánimo. Nos alegra si se anota; nos causa desazón si fallamos.

Es un juego y se disfruta al máximo. El mundo deja de existir y no hay poder terrestre que quite tu atención sobre la pelota que pasa de un pie a otro para llegar al arco.
El orgasmo y el gol, son fáciles de sentir, pero difíciles de obtener. Eduardo Galeano, aclara este tema en su libro “El fútbol a sol y sombra” y dice: “El gol es el orgasmo del fútbol; como el orgasmo, el gol es cada vez menos frecuente en la vida moderna. El gol, aunque sea un golecito, resulta siempre ¡gooooooooooooooooooooooool! en la garganta de los relatores de radio, de hombres y de mujeres”.

Antes, el fútbol en su mayoría era seguido por hombres más que por mujeres. Como a ambos nos gusta el clímax orgásmico, ahora el fútbol es adorado por todos y todas. Muchas mujeres se llevan muy bien con la pelota, son expertas en todos los pases y estrategias plasmadas en la cancha. Su mayor atracción visual, son los futbolistas sudorosos que corren de un lado para otro. A ellas, el fútbol las apasiona.

El fútbol pueda traducirse como un orgasmo multitudinario, de gritos unísonos. Si tu equipo gana, te dejan una sonrisa cómplice y aliviada de tensión. Si pierdes, te sientes decepcionado, pero con la esperanza de sentir algún día el orgasmo entre pelotas.

¡Lo admito!, también soy adicta al fútbol, grito, deliro, cojo una chela y celebro cuando se juega. A las finales, el fútbol seduce, excita y enamora. Se vuelve poesía ante mis ojos, no sólo por la euforia que genera el fútbol en todo el mundo, sino también por los cuerpos perfectos de quienes se encargan de demostrar sus dotes al manejar la pelota traviesa. Ellos hacen del fútbol, un deleite.

Para mí, un orgasmo es como la búsqueda ansiada por el gol, es delirar, es lanzar adrenalina por doquier. Es sentir que cuando yo quiero, puedo gritar y sentir. Formas y tonalidades, sensaciones y explosiones.

11 hombres, una cancha y yo gritando de placer….Y a ti ¿Quién te hace gritar?

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