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martes, mayo 28, 2024
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IGNACE LEPP y la comunicación de las existencias

La Plaza Mayor de Trujillo lucía especial, no solamente bajo aquella luz de los faroles que tanto la caracteriza por el hermoso reflejo en su piso de cemento pulido, sino también a la luz de mis meditaciones, sentado una fría noche de 1995, las ocho aproximadamente, en uno de los artísticos bancos de granito, casi exactamente frente a la Prefectura de la calle Diego de Almagro; y ello porque me encontraba ‘transportado’ en la lectura de “La Comunicación de las Existencias” (1950), maravillosa obra del genial filósofo francés Ignace Lepp, una de las varias que descubrí en la preciosa biblioteca personal de mi amada y sabia madre Profesora Adela Alvan de Marquina.

Me cautivaron especialmente temas como el “Descubrimiento del yo en la soledad”, “El yo descubre al otro”, “La Era de la solidaridad triunfante” y la “comunión universal”, pues me di cuenta o realicé que las relaciones humanas se anudan sobre diversas etapas de acuerdo al grado de maduración mental y emocional que vayamos conquistando por el avance en nuestro nivel intelectual, cultural sin el cual no se daría esa gradualidad y quedaríamos sumergidos en el primer eslabón de la simple “inmersión inconsciente en la masa” el cual es ‘patrimonio’ de la mayoría en nuestra sociedad. Esta progresión fue especialmente desarrollada en la filosofía existencial de Karl Kaspers, a quien comenta ilustrando ampliamente Ignace Lepp, permitiéndome este a su vez, conocer a Jaspers.

Así pues, gracias a esta obra también pude aquilatar mejor la realización práctica y sistematizada del desarrollo existencial que desde hace milenios, la Gran Tradición Iniciática ofrece a todos y que en nuestros tiempos es actualizada para la realidad de esta vertiginosa Era del Saber (Aquarius) por los Maestres Dr. Serge Raynaud de la Ferrière y Dr. David Juan Ferriz Olivares de quienes leemos:

“Veamos de nuevo a K. Jaspers y la concepción que tiene sobre ese tema de la “Comunicación y la Sociedad”. Escribe en este caso:

“Consideremos pues las relaciones humanas, tales como las exploran la psicología y la sociología. Ellas se anudan sobre tres planos. [1] Su primera forma, es la inserción ciega en una comunidad del hombre que, no habiendo aún tomado conciencia de sí mismo, no pone en cuestión la influencia que ha sufrido: él hace lo que todos hacen, cree lo que todos creen, piensa como todos piensan. [2] Después, cuando por el ejercicio del entendimiento, el hombre ha probado su propio poder de pensar, la relación toma una nueva forma, ella ya no une individuos sepultados en la comunidad, sino mónadas independientes que se comprenden obedeciendo a una exigencia universal de racionalidad en el pensamiento o en la acción. República de conciencias, en general, donde cada sujeto guarda el anonimato. [3] En fin, cuando el hombre después de ese desvío necesario para lo abstracto, regresa al sentimiento de una comunidad concreta, totalidad que lo envuelve y supera al Estado, la familia, la profesión, él la toma como una idea cuyo sentido no ha finalizado de explorar y que da, ella misma, un sentido a su vida. La comunicación se establece a nivel del espíritu y recibe un contenido concreto. La adhesión ciega que el hombre daba hace un momento a la comunidad [1] se ha convertido en alistamiento consciente ante un fin que amplía indefinidamente el horizonte de su acto[2]. Así, [3] cuando se convierte en miembro del Estado, es decir, de la última instancia soberana que organiza la sociedad, él participa en el destino real de la humanidad; y quizás decide él mismo el sentido de ese destino defendiendo al Estado con riesgo de su vida. (Filosofía, II-50, 51, 52.)”

Y concluye el Dr. Ferriz Olivares ofreciéndonos la vivencia de ese tercer estado existencial que caracteriza a las personas que han llegado a la cumbre de la evolución: La Unión (Yoga) consciente con la Gran Colectividad:

“La superación de todo cuanto hay de subjetivo en las experiencias personales para transmutarlo en una nueva y más verdadera realidad interior, plantea nuevamente la realización a través de la relación con el mundo [Jnana Vijnana Yoga]y la maestría de la totalidad de la vida.”

“Es un proceso simple de necesidad interna que se resuelve en la Jñana Vijñana Yoga, yoga de relación con el mundo en que nuestro Ser debe ser una realidad pública en la soberana facilidad de elevarse a las más altas esferas de la ciencia, la filosofía, el arte y la didáctica (…)”

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