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sábado, abril 19, 2025
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Ignorancia: El rechazo al saber

Hace un tiempo me vengo percatando de aquello que ya señalaba el gran Marco Aurelio Denegri sobre la pérdida, en nuestra sociedad, de la capacidad, actitud y aptitud para leer; y tan dramática es esa situación que hasta tratándose de cantidades tan ínfimas como diez o veinte palabras en un volante (flyer) las personas no las quieren leer, descartando inmediatamente esa pequeña cantidad de información. Esa reacción de rechazo tan visceral a leer, se puede comparar, si se permite mi pobre y tal vez exagerado símil, a que ¡a un ‘vampiro’ se le ofrezca mirar el sol!

Asimismo, me he asombrado profundamente cuando he observado las miradas un poco molestas y extrañadas de unos jóvenes que cargaban un piano (que seguramente nunca habían visto ni tocado) para dejarlo en el escenario. ¡Sus miradas me evocaron la reacción de los tribales africanos que veían con temor supersticioso los objetos de visitantes europeos en la serie ‘Tarzan’ con Johnny Weissmüller!

A este respecto, siempre me han sido muy gratas dos frases atribuidas a Karl Popper y Averroes donde mencionan respectivamente que: “La ignorancia no es la ausencia de conocimientos sino el hecho de rehusarse a adquirirlos” y «La ignorancia lleva al miedo, el miedo lleva al odio y el odio lleva a la violencia».

Personalmente considero que, si bien es cierto que aún no se puede encontrar las referencias bibliográficas exactas de estas frases en los pensadores mencionados, esas ideas VALEN POR SÍ MISMAS, permitiéndonos trascender pues el sentir que lo dijo tal o cual ‘autoridad’ del saber, y por lo tanto, ir más allá de las consideraciones ‘ad hominem’ o ‘ad verecundiam’ (falacias de persona y de autoridad).

Sin embargo, no han faltado las referencias exactas, como por ejemplo una muy valiosa del escritor y artista cubano José Adrián Vitier Rodríguez quien coincide:

“LLAMAREMOS IGNORANCIA A UN ESTADO MENTAL QUE CONDUCE A UNA DESCONEXIÓN, INCOMPRENSIÓN O RECHAZO, FRENTE AL CONOCIMIENTO Y LA CULTURA. Cuando la falta de conocimientos procede de un acceso deficiente a los mismos, no estaremos hablando de ignorancia sino de desinformación. Hoy en día esto no parece ser un problema mayor que en otras épocas; incluso se dice que estamos en “la Era de la Información”.

“Asimismo, cuando el déficit procede de una falta de exposición a esta o aquella rama del acervo cultural de la humanidad, no estaremos hablando de ignorancia sino de incultura. Desinformación e incultura pasan por sinónimos de ignorancia, pero no son lo mismo que ella”.

En ese sentido, puedo pues constatar esa validez de las dos ideas mencionadas al comienzo pues es fácil observar el estado actual (en realidad milenario) de la mayor parte de la humanidad ¡ay! siempre sufriente bajo el velo atroz de la ignorancia, a tal punto de parecer conforme complaciéndose en ese estado tan calamitoso rechazando la luz del SABER verdadero (UNIÓN del conocimiento con la sabiduría y la realización en trinidad indisoluble…).

Así, poco a poco mi propia indignación hacia esas actitudes (por mi falta de información) ha ido calmándose gracias a mis investigaciones y meditaciones, llegando a COMPRENDER esa ignorancia popular más epistemológicamente, es decir, abordándola desde muchos puntos de vista en un análisis de todos los factores que la originan.

Por ejemplo, el Maestre Dr. David Juan Ferriz Olivares ha sido uno de los principales Maestros que con su sabiduría han calmado esa molestia que me oprimía, aportando LUCES DE COMPRENSIÓN para entender y asimilar los factores de este MAL primordial de la ignorancia. Así, el comparte los cuatro obstáculos de la JÑANA (del SABER verdadero) mencionados por la milenaria Escuela Sánscrita y que son:

“El 1°, Laia, la inactividad, que implica el ocio, la pereza mental, la inutilidad, la falta de iniciativa y responsabilidad en la labor a realizar. El 2°, Vikshepa, dispersión, en el sentido de falta de atención y concentración mental, así como la dispersión en la sobrecarga de actividades. El 3°, Kashaya, fastidio, que implica la sobresaturación de los temas o experiencias rutinarias, así como la falta de motivación y de ilusión, que no debe condicionar a la persona sino tener la voluntad inquebrantable de alcanzar la meta trazada. El 4° Rasvadana, placer de la práctica, que puede condicionar demasiado a la motivación y queda sujeto a la desmotivación, es decir, que no es que no se reciba satisfacción y alegría de la práctica, sino que no se dependa de ello, pues cuando no la haya no se cumpliría.”

Por ejemplo, podríamos relacionar los obstáculos de la “inactividad” (Laia) y “placer de la práctica” (Rasvadana) con la realidad evolutiva del cerebro humano, pues se dice que estamos, según la teoría de Paul D. MacLean, por cantidad de millones de años, más acostumbrados a usar el ‘cerebro reptiliano’, primitivo e instintivo y luego el ‘cerebro límbico’ (predominantemente emocional) pero mucho menos usamos el ‘Neocortex’ que es la estructura más reciente y avanzada en nuestra anatomía y se encarga de las funciones cognitivas complejas como el pensamiento abstracto y el lenguaje.

Entonces pues, la INACTIVIDAD DEL PENSAMIENTO es uno de los obstáculos fundamentales pues tenemos el PLACER DE LA PRÁCTICA de solo apelar a las emociones y reaccionar automáticamente a los instintos (comer, sexo, sobrevivencia física-material, etc.).

(Continuará)

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