La expedición reveló la presencia de especies únicas —incluidas varias potencialmente nuevas para la ciencia— y destacó el rol de las comunidades awajún y mestizas en la protección de estos ecosistemas frágiles.
Del 4 al 22 de julio de 2025, un equipo de 22 investigadores del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), entidad adscrita al Ministerio del Ambiente (Minam), realizó una expedición en la provincia de Condorcanqui, departamento de Amazonas, para estudiar la biodiversidad y las tradiciones vinculadas a los varillales de altura (bosques amazónicos que crecen sobre suelos de arena), ecosistemas únicos de la Amazonía peruana.
La investigación se desarrolló en los territorios de las comunidades Alto Pupuntas, Alto Pajakus, Nuevo Seasmi y San José de Japaime, ubicados a lo largo de la carretera Seasmi–Saramiriza, en el distrito de Nieva. El objetivo fue comprender la riqueza natural de estos ecosistemas y el papel que cumplen las prácticas culturales del pueblo awajún y de la población mestiza en su conservación, con la meta de aportar a la protección del medio ambiente y a la mejora de la calidad de vida.
Los investigadores del IIAP usaron dos enfoques: uno social, que resalta el rol de las comunidades indígenas en la conservación, y otro biológico, que se centra en el estudio de los varillales de altura.
Los resultados del componente biológico mostraron que los bosques de arena blanca y varillales del departamento de Amazonas tienen una gran diversidad y especies únicas, entre las cuales hay varias que podrían ser nuevas para la ciencia.
En herpetofauna (anfibios y reptiles), el equipo encontró especies que viven en charcos temporales, hojarasca y quebradas con arena. Se destacaron dos posibles nuevas especies: Pristimantis sp. nov. y Chiasmocleis sp. nov.
En peces, se registraron especies endémicas y otras potencialmente nuevas de los géneros Anablepsoides, Astroblepus, Dectobrycon y Odontostilbe.
También se encontró una alta diversidad de hongos comestibles, como Auricularia delicata, A. fuscosuccinea y Pleurotus djamor, que tienen valor alimenticio y económico para las comunidades locales.
En la zona de Seasmi hay 42 especies de mamíferos grandes que viven en distintos tipos de hábitat. En los varillales, el equipo encontró 27 especies, lo que equivale a casi dos tercios (64,3 %) del total. De estas, 7 son raras, 16 aparecen con frecuencia y solo 4 se ven con regularidad: el armadillo de cola desnuda (Cabassous unicinctus), el pichico de barba blanca (Leontocebus leucogenys), el shiwi (Tamandua tetradactyla) y el armadillo común (Dasypus novemcinctus).
Asimismo, se documentaron 31 especies de murciélagos, en su mayoría frugívoros, con un papel clave en la dispersión de semillas. Se estima que podrían existir hasta 45 especies en la zona.
Estos hallazgos confirman que los varillales y bosques de arena blanca son ecosistemas con alto valor ecológico. Albergan especies únicas y recursos clave para las comunidades locales, lo que refuerza la necesidad de conservarlos.
La expedición contó con el respaldo de las autoridades del Centro Poblado de Nuevo Seasmi y con el consentimiento previo informado de las comunidades que participaron en la invetigación.