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jueves, enero 23, 2025
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La incertidumbre política genera desconfianza de las grandes inversiones

PERO UN SISTEMA POLÍTICO CORRUPTO ES UN CÁNCER QUE DESGASTA LA ECONOMÍA

Por: Beto Cabrera M.

“Al hombre de campo, al empresario, a la ama de casa; a todos preocupa la desconfianza e incertidumbre de nuestra economía, perotambién preocupa un país inviable producto de autoridades políticas corruptas e incapaces de realizar una reforma política. Esto es lo verdaderamente inviable a mediano, largo o plazo”.

Creo firmemente que no podemos ser indiferentes a lo que sucede políticamente en el país y a la delicada situación que nos toca en este escenario de enfrentamiento de poderes, pero sobretodo de crisis institucional y moral. Hoy toca a la sociedad tomar postura. Hay momentos álgidos en la vida de un país (y estamos en ese momento) donde nos toca tomar posición, la indiferencia y la conveniencia aquí no tienen espacio.

No es posible pensar que tenemos una situación económica estable en un escenario político de alta incertidumbre y con actores políticos incapaces de establecer un mínimo de conexión con el sentir popular.

  • Lo peor de todo es la creencia firme de que la población sólo tiene representatividad en cuanto vota, pero deja de tener opinión cuando expresa su sentir a través de reclamo ciudadano legítimo en calles reales o virtuales; el poder de las masas le dicen algunos, otros hablan de “masas bobas y poco inteligentes”

Es cierto, muchas veces el reclamo ciudadano tiene un poco de razón y mucho de emoción incontenible, pero no podemos tapar la voz, bloquearla o simplemente hacer que no existe.  En tal sentido, escuchar a ciudadanos “indiferentes”, “desertores”, “insatisfechos” es importante. Es la mejor fuente de aprendizaje y por cierto, la mejor manera de avanzar hacia un entendimiento común. Algo que parece ser imposible de encontrar por estos días en el Congreso de la República. Es impresionante el muro que se ha tendido entre la calle y los muros congresales. No se escuchan ni ellos mismos..

  • Son muchos economistas, investigadores empresarios, gerentes y periodistas que hablan del consumidor pero nunca salen de sus escritorios, ¿dónde los esperan conocer? ¿En una tabla Excel? Salgan a la calle pisen los mercados, hable con la gente del campo-

 

Esto aplica también para ciudadanos invisibles por parte de políticos encerrados en sus propios laberintos, escritorios e intereses, indiferentes al clamor ciudadano, o lo que es peor, incapaces de poner en valor la opinión de la calle. Es más, escuché a una congresista decir que si escucháramos a la gente en la calle se tendrían que reducir o eliminar impuestos y que por eso era “inviable” tomar en consideración la calle como fuente de información o decisión. Al igual que en el mundo empresarial, la opinión del consumidor se escucha y luego acciona en forma de estrategias que no siempre responden literalmente a lo que la gente expresa, sino a una estrategia basada en este insight pero sobretodo reinterpretada y ajustada por el estratega en función de otros criterios igual de importantes. El consumidor no es el gerente, y no dicta la estrategia empresarial, pero sin duda la influye o direcciona. De la misma manera, los congresistas y autoridades, el político debe escuchar y SENTIR más a la población, y poner en valor su opinión.

CONECTAR con el sentir popular: la gente en las calles está harta de tanta confrontación por el poder, pero sobretodo de tanta negativa de sus autoridades a ejercer una real transformación cultural. Si seguimos pensando que existen grupos privilegiados de poder, que detentan prerrogativas como la inmunidad ciega, estaremos no solo de espaldas a la población, sino de espaldas a una realidad: el Perú y la sociedad cambiaron.

No podemos seguir manejando el país o las empresas, como era en las épocas de oscurantismo económico y social: en un closet mental rígido que nos impide mirar a los ciudadanos como ACTORES principales de la transformación de un país. No podemos seguir liderando instituciones públicas y gerenciando empresas sin escuchar a nuestra gente, y por supuesto tampoco podemos seguir gobernando de espaldas a un país.

  •  Estamos en una sociedad en cambio, con grandes desafíos a nivel país y es común escuchar es el tremendo nivel de decepción y frustración de nuestros jóvenes por su clase política. El divorcio mental y cultural es muy enorme -.

Existen en nuestro país muchos jóvenes y grupos sociales invisibilizados por una clase política que se arroga el derecho de pensar, decidir y actuar en función del resto pero con presidencia del resto. Fueron elegidos para “representarnos”, es verdad, pero alguien hoy puede pensar que esta clase política ¿nos representa en verdad? Es la “representatividad congresal” un poder otorgado sin ninguna clase de supervisión o renovación en su confianza. ¿Entregaría usted un poder ilimitado a quien decida manejar su empresa, su vida, su familia o su país? Los congresistas, jueces, fiscales, autoridades y clase política en general deben saber que el poder viene del pueblo, y a él sirven.

  • Pueden tener legalidad, pero no legitimidad, si deciden desoír la voz popular. La indignación ciudadana es la nueva gasolina social. Si los políticos no escuchan la calle, la calle se hará sentir. De eso, no tengo duda alguna.

 

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