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miércoles, junio 18, 2025
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¿Independizarse de Loreto? ¿Qué hace falta entonces para que esta fantasía no muera en cada conflicto?

El sueño repetido de Alto Amazonas

Cada vez que en Alto Amazonas estalla un conflicto social, vuelve a la superficie una idea que ha estado latente por años: separarse de Loreto. El anhelo de convertirse en una región autónoma, política, administrativa y económicamente, es compartido por muchos altoamazonenses, hartos del abandono estructural por parte del Gobierno Regional de Loreto (GOREL) cuya sede central opera desde la distante ciudad de Iquitos.

Hoy, con la toma de la Subregión por padres de familia que exigen una nueva infraestructura para la I.E. Matilde Tunjar, y la renuncia del gerente Jhony Escudero en medio de promesas incumplidas por parte del GOREL, ese viejo sueño vuelve a tomar forma en las conversaciones cotidianas, en redes sociales y en las declaraciones públicas. “Seguimos siendo tratados como una provincia de segunda clase”, reclaman.

Sin embargo, como ha ocurrido antes, la propuesta de una región Alto Amazonas autónoma tiende a disiparse con la misma rapidez con la que surgió. ¿Por qué? Una de las razones es la profunda polarización política local: liderazgos divididos, agendas personales, falta de una visión común. No hay una articulación real entre autoridades, sociedad civil y ciudadanos que permita sostener un proyecto de esta magnitud más allá del momento de crisis.

El centralismo de Iquitos no es nuevo, pero su persistencia ha calado hondo. Escudero lo dijo con claridad al dejar el cargo: “Alto Amazonas necesita autonomía”. ¿Qué hace falta entonces para que este sueño no muera en cada conflicto?

Primero, unidad política y social. No se puede hablar de una región autónoma si ni siquiera se logra consenso local. Segundo, se requiere un liderazgo legítimo, técnico y representativo, capaz de plantear el proyecto ante instancias nacionales con argumentos sólidos. Y tercero, se necesita voluntad ciudadana organizada, que no solo proteste, sino que también proponga y sostenga el debate en el tiempo.

La pregunta ya no es si Alto Amazonas puede ser región. La verdadera cuestión es: ¿están sus propios actores dispuestos a construir ese camino con madurez, visión y estrategia?

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