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jueves, mayo 22, 2025
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Indulto a Alberto Fujimori

No soy keikista ni ppkausista, es más soy antikeikista, convencido por esa mayoría absoluta congresal que viene implantando una dictadura parlamentaria, que emplea, en términos figurativos, la chaira, la navaja, el cuchillo como elementos de persuasión y se olvidan del pañuelo blanco aprista de la paz, aunque manchado por las últimas denuncias contra su líder Alan García Pérez. No voté por ninguno de ellos en las últimas Elecciones Presidenciales 2016, lo cual no me limita para expresar mis ideas sobre el acontecer nacional.

CREO QUE ES TIEMPO DE RECONCILIACIÓN NACIONAL.
Condenamos enérgicamente los delitos cometidos por el aparato del Estado en la lucha contra el terrorismo, como la matanza de La Cantuta donde el 18 de Julio de 1992 fueron ejecutados 1 profesor y 9 estudiantes, y que según declaración pública efectuada por el actual Profesor de La Cantuta señor Wilfredo Risco Paico, de 46 años de edad, en esos tiempos estudiante de ese centro superior de estudios, todos ellos eran probados activistas terroristas, aunque algunos aseveren lo contrario, y de Barrios Altos ocurrido el 3 de Noviembre de 1991 donde 14 adultos y 1 niño fueron ejecutados extrajudicialmente y años después durante el proceso judicial sobre el caso, el ex agente de inteligencia del Ejército Douglas Arteaga Pascual infiltrado en esa fecha en una célula terrorista que funcionaba en Jr. Huanta donde se produjeron los hechos, relató que los asesinados eran terroristas, excepto el niño, que allí se planeaban ataques terroristas y que en los triciclos y carros de heladeros se transportaban dinamita, anfo y armas para los atentados. Pero todo lo anterior tampoco justifica las ejecuciones extrajudiciales en manos del Grupo Paramilitar Colina.

PORQUE LOS COLECTIVOS Y LAS MARCHAS SOLO PARA RECLAMAR POR ESTOS 25 REPUDIABLES ASESINATOS?
¿Acaso las 70,000 víctimas de la organización terrorista Sendero Luminoso liderada por Abimael Guzmán, asesinados o desaparecidos por esta organización criminal no merecen idéntica consideración?

¿Porque solo acordarse de los camaradas caídos y no acordarse de los millares de peruanos civiles, militares y policiales asesinados por las hordas terroristas?

¿Porque solo se indemniza a los terroristas convictos y confesos y no a los civiles, militares y policiales caídos en defensa de la democracia?

¿Porque los caviares de izquierda no salieron a reclamar cuando Toledo rebajó la pena de cadena perpetua a 25 años de prisión a sentenciados por terrorismo como Maritza Garrido Lecca, Martha Huatay Ruiz, Isidro Dávila Torres, José Castillo Bellido, Jorge Bellido Puchuri, Alejandro, Torres Pimentel, Jorge Carrillo Román, Enrique Pineda Gonzales, Esteban Velásquez Mandujano y muchos más, o cuando muchos salieron en libertad como consecuencia de la reducción de la pena, como las reconocidas dirigentes senderistas Maritza Garrido Lecca, Martha Huatay Ruiz, Jenny Romero Coro que no solo participó en el asesinado de Martha Moyano sino que posteriormente dinamitó la tumba donde estaba sepultada esta heroica dirigente y Lori Berenson dirigente del MRTA que fue “premiada” con una indemnización de 30 mil dólares?

Nos olvidamos que las víctimas de los ataques demenciales del terrorismo fueron mujeres, niños, ancianos, campesinos, dirigentes comunales, populares, autoridades locales, educadores, profesionales diversos, religiosos, periodistas, amas de casa, policías, militares, etc, que su único pecado era no compartir la ideología terrorista y defender al Estado y la democracia?

Nos olvidamos de la masacre de Lucanamarca Provincia de Huancasancos/Ayacucho en el año 1983 donde los terroristas asesinaron con machetes, cuchillos y armas de fuego a 79 indefensos comuneros, gran parte niños y ancianos, por el solo hecho de que la población comenzó a organizarse en rondas de autodefensa.

Nos olvidamos de la masacre en la comunidad de Ccano/Huanta/Ayacucho en el año 1991 donde fueron asesinados 36 pobladores cuando participaban pacíficamente de un culto religioso de la Iglesia Evangélica Pentecostal.

Nos olvidamos del Atentado de Tarata del año 1992, acto terrorista que dejó un saldo de 25 muertos, 5 desaparecidos y 155 heridos tras la detonación de un auto con más de 400 kilos de explosivos.

Nos olvidamos de los crueles e inhumanos asesinatos de las dirigentes populares Pascuala Rosado Cornejo de Huaycán y María Elena Moyano de Villa El Salvador por criticar y condenar abiertamente las atrocidades que venía cometiendo Sendero Luminoso, la última asesinada en 1992, frente a sus menores hijos y luego su cadáver destrozado con dinamita como advertencia para los opositores de los terroristas.

Nos olvidamos de los asesinatos selectivos, los coches bombas, de la zozobra diaria ciudadana, de las mutilaciones, lapidaciones y degollaciones de gente humilde que no tiene quien la defienda.

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