¡El embarazo infantil forzado es tortura!
Por: Beto Cabrera Marina
El departamento de San Martín, en el corazón de la Amazonía peruana, vuelve a figurar en las alarmantes estadísticas de violencia sexual y embarazo infantil forzado en el país. Según datos oficiales del Ministerio de Salud (MINSA) y el Centro de Emergencia Mujer (CEM), en lo que va del 2025 (enero-marzo), se han registrado 6 partos de niñas menores de 14 años en San Martín, de un total de 121 partos en todo el país.
Solo en marzo, 4 niñas entre los 11 y 14 años dieron a luz en esta región, lo que representa el 66% de los casos regionales en apenas un mes. Estas cifras visibilizan una realidad devastadora: el embarazo infantil no es un tema aislado ni accidental, sino la consecuencia directa de un entorno de violencia sexual, impunidad y abandono institucional.
Cifras que gritan
El primer trimestre de 2025 deja en evidencia un patrón que se repite mes a mes:
- En enero, San Martín reportó 1 caso, frente a 34 a nivel nacional.
- En febrero, otro caso en la región, mientras que el país acumuló 42.
- En marzo, el salto es brutal: 4 casos en San Martín, mientras Perú sumó 45.
Estos números, aunque escalofriantes, podrían ser apenas la punta del iceberg. Muchos casos no se denuncian por miedo, vergüenza o falta de canales accesibles para las víctimas.
¿Dónde está el Estado? ¿Y la sociedad civil?
La casi inexistente presencia del Estado en zonas rurales y amazónicas como San Martín agrava esta crisis. Las niñas, muchas veces con educación primaria incompleta y sin acceso a información sobre salud sexual y reproductiva, quedan atrapadas en un ciclo de violencia estructural.
El sistema de justicia es lento, el acceso a los Kits de Emergencia es limitado, y la respuesta médica suele estar marcada por el prejuicio. A esto se suma la ausencia de políticas públicas que se comuniquen de manera eficaz con las comunidades locales, muchas de las cuales tienen idiomas, códigos culturales y formas de organización distintas a las que el Estado comprende o atiende.
La sociedad civil también muestra grietas profundas. Aunque existen esfuerzos loables como los de CLADEM y PRODEMU, estos no son suficientes ni tienen el alcance necesario para contrarrestar una cultura que normaliza el abuso y guarda silencio ante el dolor de las niñas.
El factor cultural: una raíz profunda
El nivel educativo y cultural en muchas zonas de San Martín es precario, lo que perpetúa mitos, machismo y desconocimiento sobre los derechos de la infancia. En comunidades donde el embarazo en niñas es visto como «natural» o incluso una “responsabilidad” familiar, las niñas no solo pierden su infancia, sino también su voz y autonomía.
Llamado a la acción. No se trata solo de cifras.
Cada número representa una vida marcada por el abuso, la indiferencia y el abandono. Es urgente:
- Fortalecer la educación sexual integral, con pertinencia cultural y lingüística.
- Garantizar la presencia activa del Estado en las comunidades rurales y amazónicas.
- Capacitar a autoridades locales, docentes y personal de salud para prevenir, detectar y atender casos de violencia sexual infantil.
- Involucrar a las familias y líderes comunitarios en procesos de cambio cultural profundo.
Es por ello que nos atrevemos a exigir:
Educación sexual integral – Atención inmediata a víctimas – Políticas públicas con enfoque intercultural – Participación activa de comunidades
A tomar en cuenta
La infancia en San Martín y en todo el Perú merece protección, justicia y dignidad. Mientras el embarazo infantil siga siendo un hecho cotidiano y silenciado, no podremos hablar de un país justo ni libre de violencia.