Cuando Nilser Laines Medina miraba el cielo de Ayacucho, donde nació, y preguntaba cómo podría saber más sobre las estrellas, le respondían que tenía que ser astronauta. El viaje que haría años después, por ser un excelente estudiante, no lo llevaría precisamente fuera del planeta Tierra, sino hasta Francia, donde ahora está entrenando algoritmos para que lean imágenes dentro del universo de los seres humanos. Su objetivo es traer esta tecnología al Perú en beneficio de la salud de las personas con enfermedades neurológicas.
Como cuando miramos al firmamento y los potentes telescopios todavía no nos dejan ver todas las estrellas existentes, de manera similar, las resonancias magnéticas nos muestran una imagen todavía limitada de los órganos y tejidos del cuerpo humano, dice.
“En la actualidad, tanto los médicos como las computadoras pueden leer resonancias magnéticas de 1.5 y 3 teslas (potencia del magneto usado en resonancias), pero ahora en el mundo ya existen resonancias de 7 teslas, las cuales son imágenes de alta resolución; sin embargo, las computadoras aún no han sido entrenadas para esta lectura. Mi investigación consiste en aplicar algoritmos de inteligencia artificial para que las computadoras puedan también analizar imágenes a 7 teslas”, asegura Nilser.
Su investigación se realiza en el laboratorio del Centro de Resonancia Magnética en Biología y Medicina (CRMBM) de la Universidad de Aix-Marsella, en Francia. Este interesante trabajo forma parte de su tesis de Maestría en Ciencia y Tecnología, con mención en Procesamiento de Señales e Imágenes, con la Beca Generación del Bicentenario del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación.
“No se trata de reemplazar a los médicos. Los robots y las computadoras ayudan al especialista a realizar lecturas más rápidas y precisas, por lo que un paciente ya no tiene que esperar días o hasta semanas por sus resultados, sino solo unos minutos”, explica el joven ayacuchano. “En el Perú todavía no existen resonadores magnéticos de 7 teslas, pero sí sería muy útil contar con esta tecnología, por ejemplo, en el Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas”, agrega.
Nilser estudió la carrera de Tecnología Médica en el área de Radiología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), donde concluyó en el primer puesto. Su objetivo era estudiar un posgrado en Francia. “Había visto la beca del Pronabec con un mensaje que me impactó: “si tu veux, tu peux” (si quieres, puedes). Y para mi especialidad, mi sueño era estudiar en la Universidad de Aix-Marsella”, cuenta.
Aunque la mayoría de los investigadores del CRMBM de la Universidad de Aix-Marsella son ingenieros -por lo que Nilser tuvo que superar el reto de aprender sobre matemáticas e informática-, a él le ayudó su formación en San Fernando de la Decana de América porque conoce más sobre los tejidos humanos. “Yo sí sé qué es la sustancia blanca, sé qué hay detrás”, explica.
Con esa mayor claridad está entrenando algoritmos de inteligencia artificial en imágenes de resonancias magnéticas de la medula espinal, con lo que estos sistemas podrían ayudar a un mejor diagnóstico de pacientes con afecciones neurológicas, como la esclerosis múltiple entre otras enfermedades desmielinizantes.
Nilser recuerda que empezó a leer las estrellas en quechua. “Mirando el cielo, cuando amanecía, como a las cuatro de la mañana, podías ver la cabeza de la chaquitaclla (arado de pie), y en la tarde, cuando ya podías ver el ojo del cuculí en el cielo, eran las seis y treinta y eso quería decir que ya se debía guardar el ganado”, narra. Ahora este joven talento de Ayacucho habla cuatro idiomas: quechua -su lengua materna-, español, inglés y francés; y mientras estudia con otros investigadores del mundo les cuenta sobre la cosmovisión andina peruana, que él aprendió