Hacerlo de vez en cuando duele. Se vuelve una nueva experiencia enloquecedora si es después de mucho tiempo. Cuando le agarras el ritmo, quieres todo el día. No importa las horas, siempre es bueno más.
Los primeros días tu cuerpo no reacciona, el dolor es incontrolable, no hay pastilla ni masajista que te solucione el problema. Darte un duchazo siempre contribuye con las hormonas. Se convierte en adicción, mientras más haces, más quieres, es como si nunca te cansarás.
Al principio solo te gusta a ti, luego contagias al resto y más personas quieren hacerlo contigo. Resulta que todo se vuelve cantidad y mucha calidad, de esas que suelen gustar y engatusar a más de uno.
No es algo exclusivo que hagas con tu pareja, puedes variar de acompañante para motivarte a seguir. Es importante dejarse llevar, ser libre en ese deseo que te incita a hacer algo, ese impulso que te lleva a sentirte mejor. Luego, todo fluye y te acostumbras, se vuelve parte de tu vida cuando menos te lo imaginas.
Cuando todo se estabiliza, no basta con tres veces a la semana, sino todos los días. Se hace más frecuente y lo mejor de todo es que a ti te fascina. No ves la hora de desfogar todo tu estrés. Sudar te resulta la fantasía más interesante de tu vida.
Existen tantas excusas para practicarlo como estrellas en nuestra galaxia, la gran mayoría de esos motivos, o quizás todos, dependiendo de las personas, tienen como meta lo placentero y divertido.
¿1 vez al día? ¿1 vez a la semana? ¿3 veces a la semana? ¿Todos los días? ¿1 vez al mes? ¿Cada 3 meses? ¿1 vez al año? ¿Cuánto es lo normal? ¿Cuál es el objetivo? ¿Lo que dicen hacer mis amigas a la semana cuenta? ¿Lo que a mí me apetece? ¿Lo que dice la revista? ¿Lo que piensa él?
¿Lo que piensa mi mamá? ¿Lo que piensan todos?
No eres rara si quieres más, es normal, no existe una regla que limite cuánto es lo normal. Es bueno para la salud en todos los ámbitos, además de levantar el ánimo.
Si tienes dolor de cabeza, hazlo. Tu corazón trabajará mejor, el estrés se esfumará, tu sistema inmunológico quedará en óptimas condiciones. Cada persona es diferente, las rutinas, horarios y realidades son distintas, por lo que es difícil lanzar un número e imponer una cifra como algo normal, todo dependerá del deseo y las necesidades.
Si eres de las que se sienten felices y a gusto practicando a diario o casi a diario, es muy importante tener en cuenta algunas recomendaciones para que sea mucho más placentero y seguro: No olvides usar protección, rodilleras y alguna que otra crema para el dolor, evita el contagio de bacterias al tener contacto con el suelo, puede provocar infecciones y tu salud en vez de mejorar, empeorará.
Es conveniente alternar las posturas, rutinas y horarios, no solo para que todo resulte más variado y placentero, sino también para evitar dolores inesperados. Todos los días no es malo, pero debe ser algo que desees y disfrutes, pues si se trata de una actividad impuesta solo para complacer a otros, entonces sí que se podría convertir en algo nocivo, enfermizo y destructivo.
Sin duda la mejor decisión que he tomado es regresar al gimnasio. Sentirme saludable, es una experiencia excitante y motivadora. Te ves mejor, te sientes mejor, vives mejor.
Se recomienda practicarlo entre 3 y 4 veces a la semana, porque es una parte importante de un estilo de vida saludable. Las personas que llevan una vida activa haciendo deporte, tienen menos probabilidad de enfermarse y mayor probabilidad de tener una vida más duradera.
Bueno chicos y chicas, a seguir con los ejercicios que nos dan salud y no se olviden nunca que no estamos en competencia, a veces necesitamos solamente caminar, saltar y correr. Busquen ser felices sudando, eliminando toxinas y botando de nuestra vida todo lo que no sirve.
Me alisto para sudar, porque es jueves y hoy toca…