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jueves, junio 5, 2025
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La Amazonía peruana en la encrucijada: El avance del narcotráfico, la vulnerabilidad indígena y la falta de visión de desarrollo

El Estado, hasta ahora, no ha estado a la altura del desafío.

Entre las regiones más afectadas se encuentra San Martín.

Pistas clandestinas, asesinatos impunes y ausencia de títulos de propiedad marcan la vulnerabilidad de los pueblos amazónicos frente a redes criminales cada vez más consolidadas.

La Amazonía peruana enfrenta una crisis que amenaza su integridad social, cultural y ecológica. Un informe reciente revela que las redes del narcotráfico avanzan con violencia e impunidad en territorios indígenas, afectando a más de 270 comunidades y dejando un saldo de 27 líderes asesinados en los últimos años. La región, que en el pasado sufrió un feroz conflicto por el narcotráfico en las décadas de los 80 y 90, sigue siendo un escenario de ocupación ilegal y destrucción, sin que el Estado haya logrado ofrecer una alternativa real de desarrollo.

Entre las regiones más afectadas se encuentra San Martín, una zona que en su momento vivió un intenso conflicto por el control del narcotráfico. A pesar de ello, las autoridades nacionales y regionales parecen haber carecido de una visión de desarrollo alternativo, dejando en manos de actores internacionales como USAID y Chemonics, así como de actores sociales, la tarea de promover modelos sostenibles como la asociatividad en cacao y café. Sin embargo, estas iniciativas aún no logran consolidarse como una verdadera opción para las comunidades, que siguen atrapadas en ciclos de dependencia y violencia.

El informe advierte que las rutas del tráfico ilícito atraviesan territorios comunales sin títulos de propiedad, facilitando la expansión de pistas clandestinas y cultivos ilegales en zonas donde la presencia del Estado es mínima o nula. La construcción de infraestructura para el narcotráfico, como pistas de aterrizaje en áreas indígenas, se realiza a plena luz del día, evidenciando la complicidad de algunos actores y la fragilidad del marco legal.

La situación se agrava con la criminalización de los líderes indígenas que luchan por defender sus territorios. Casos como el asesinato de cuatro dirigentes asháninkas en Ucayali en 2023, quienes denunciaron tala ilegal y cultivos de coca en sus comunidades, ejemplifican la violencia sistemática que enfrentan. La impunidad y la falta de protección estatal dejan a estas comunidades en una situación de vulnerabilidad extrema.

El informe también señala que las políticas públicas, en lugar de resolver los problemas, han contribuido a profundizar la crisis. Los estados de emergencia prolongados en zonas como el VRAEM no han logrado desmantelar las economías ilícitas, y las estrategias de erradicación y policía han provocado deforestación y desplazamientos forzados. La falta de un enfoque intercultural y de participación activa de las comunidades indígenas en la toma de decisiones ha generado un divorcio entre las políticas y las necesidades reales de los pueblos originarios.

La ocupación ilegal y la construcción de infraestructura ilícita no solo despojan a las comunidades indígenas de sus territorios, sino que también ponen en riesgo su supervivencia física y cultural. La desaparición de estas comunidades significaría la pérdida irreparable de ecosistemas únicos y del equilibrio ambiental de la región.

El informe concluye que la Amazonía peruana se encuentra en una encrucijada crítica. El avance del narcotráfico no solo representa un negocio ilegal, sino que también reproduce viejas formas de extractivismo y exclusión social. La región necesita con urgencia una visión de desarrollo que incluya a sus pueblos originarios, promueva modelos productivos sostenibles como la asociatividad en cacao y café, y fortalezca la presencia del Estado en defensa de sus derechos y territorios.

Es imperativo que el Perú deje de mirar a la Amazonía solo como un territorio de sacrificio y comience a construir un camino de desarrollo inclusivo y respetuoso con su diversidad cultural y ambiental. Solo así podrá revertirse

La Amazonía peruana, enfrenta una encrucijada crítica. El narcotráfico avanza no solo como un negocio ilegal, sino como un modelo de ocupación territorial que reproduce viejas formas de extractivismo y exclusión.

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