Enmarcado en la rigurosidad de una investigación que podría contar una historia desconocida, un giro de 180 grados que el trabajo del licenciado Abraham Solís Soto promete revelar datos inéditos de la llegada de los primeros españoles a la Amazonía y el encuentro con los primeros habitantes de la ciudad más antigua de la Amazonía y de sus raíces de Moyobamba: los Orimonas. Es decir, la historia de nuestros orígenes en San Martín y la Selva aún está por develarse.
Lic. Abraham Solís Soto: El Guardián de la Historia de Moyobamba El profesor Solís emprendió un viaje al corazón de la historia: el Archivo General de Indias, en Sevilla, España. Lo que encontró es un tesoro de incalculable valor y aporte para la historia y la cultura. Esta es una primera entrega en VOCES, y lo hacemos con el cuidado y respeto que este proceso de investigación en desarrollo amerita, pues existen documentos que aún no pueden publicarse hasta que el estudio sea definitivo y en respeto absoluto a las cláusulas establecidas en España para el acceso a la información, cánones a respetar por la importancia y trascendencia de la investigación. Esta es la primera entrega.
Se abre un debate entre historiadores, académicos y ciudadanos, pues una nueva historia de Moyobamba se vislumbra en el horizonte.
Las certezas de antaño pueden moverse, las celebraciones y fechas conmemorativas pueden ajustarse, lo que se consideraba verdad ahora ingresa en una fase de revisión y validación.
Por: Lic. Jhon C. Prada Cacique
En la selva peruana, donde la neblina matinal envuelve los cerros y la historia se mezcla con la leyenda, un hombre se ha propuesto desafiar los relatos establecidos por factores tradicionales y reconstruir, con rigor y paciencia, la verdadera historia de Moyobamba. El maestro Abraham Solís Soto no es un historiador común; es un buscador incansable, un detective de documentos olvidados, un hombre que ha hecho de la verdad su misión, a través de un posgrado que busca organizar la historia de esta hermosa ciudad enclavada en la Amazonía peruana.
Con una determinación inquebrantable, Solís Soto emprendió un viaje al corazón de la historia: el Archivo General de Indias, en Sevilla, España. Allí, entre miles de manuscritos, desenterró documentos oficiales que hoy obran en su poder y que podrían cambiar para siempre la comprensión sobre el descubrimiento, conquista y fundación de Moyobamba. Su hallazgo no es menor: la fecha, mes y año, los nombres y los acontecimientos relevantes que creíamos inamovibles podrían estar errados.
Pero su búsqueda no terminó en Europa. En su afán de cimentar una historia bien fundamentada, el maestro también consiguió acceso al libro oficial del Archivo Nacional del Perú, donde se encuentra información inédita, jamás revisada por los primeros historiadores, intelectuales y escritores. Con cada página, con cada dato contrastado, Solís Soto está sistematizando, en función de la metodología de la investigación histórica, un rompecabezas que desafía lo que se ha contado durante más de 484 años.
La prehistoria de Moyobamba también sale a relucir durante este estudio. Los primeros pobladores de esta ciudad fueron los Orimonas, una etnia guerrera digna de destacar, mucho antes que los Mayorunas y los Motilones.
Los documentos que obran en su poder, como el libro del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú – Archivo de Límites, muestran cómo Juan Pérez de Guevara repartía a los caciques las tierras y la cantidad de indígenas a su disposición, así como la dimensión en leguas entre cada lugar, que, por cierto, forman parte de todo proceso de una ciudad en fundación.
El impacto de su investigación no será menor. Su trabajo promete abrir un intenso debate entre historiadores, académicos y ciudadanos, pues una nueva historia de Moyobamba se vislumbra en el horizonte. Las certezas de antaño pueden tambalearse, las celebraciones y fechas conmemorativas pueden requerir ajustes, y lo que se consideraba verdad absoluta ahora entra en una fase de revisión y validación.
Pero más allá de las posibles controversias, la labor de Abraham Solís Soto es un legado invaluable para las futuras generaciones. No se trata solo de corregir una fecha o modificar un relato, sino de entregar a Moyobamba una historia ordenada, rigurosa y fundamentada en documentos oficiales. Su esfuerzo no es solo académico, es un acto de amor por su ciudad, un compromiso con la verdad y un regalo para quienes vendrán después.
Cada documento revisado, cada anotación detallada, cada hallazgo cotejado, es un paso más en su titánica misión. Y aunque el camino de la historia es a veces ingrato y solitario, el maestro Solís Soto avanza decidido a que Moyobamba conozca su verdadera historia, no la que le contaron, sino la que los archivos han guardado recelosamente por siglos.
El cometido de Solís con este estudio es proponerlo en tres dimensiones: desarrollar la historia y su cronología ordenada, incursionar todo este conocimiento en la currícula educativa y, finalmente, la creación del Museo de la Comandancia General de Maynas. A esto se suma la impresión de los libros en una edición auténtica y de copia fiel al original que se encuentran en los archivos nacionales e internacionales.
Nota de redacción Hace unas semanas, en su cuenta de Facebook, Solís Soto adelantó:
«Como si la historia, por corto tiempo, se dilatase para conocer de cerca su proceso. Esta vieja ciudad, en España, custodia de manera infranqueable mucha de nuestra historia en documentos antiquísimos, pruebas irrefutables para ser considerados y reconocidos como ‘Ciudad histórica’.
Por ejemplo, los conquistadores y vasallos, desde la cumbre de un cerro, en sus avanzadas en pro del descubrimiento de nuevas tierras, lograron divisar por primera vez uno de los más prometedores valles de la Amazonía, donde hoy se encuentra nuestra ciudad capital. Tanto se entusiasmaron que, en sus bitácoras informativas, lo denominaron y precisaron como: ‘Valle donde nace el sol’.
Ese fue, probablemente, el primer nombre acuñado por los españoles para referirse a nuestra vieja ciudad, porque luego, antes de ser asesinado, don Francisco Pizarro dio la orden, en una provisión de 1540, para que dicha prometedora tierra se llamase: ‘Ciudad de Santiago de los Valles de Moyobamba'».