Mientras que Holden Caulfield afirmaba “soy el mentiroso más impresionante que han visto en su vida. Es horrible”, ciudadanos de diversos lugares del mundo a través de las redes sociales y las grandes cadenas informativas distorsionan la información con la intención de atacar o defender posturas políticas e ideológicas israelíes, palestinas o de Hamás.
A diferencia de las mentiras de Holden, personaje de la novela El Guardián entre el centeno de Salinger, desde el mismo 7 de octubre se registraron noticias falsas o fake news con la intención de engañar o confundir y además, proponer una posición a favor o en contra que apela a las emociones evitando el filtro de la razón con lo que se incentiva la radicalización y la polarización.
Situaciones muy peligrosas que presentan exageraciones o informaciones con apariencia de verdad que en el caso de la guerra en Oriente Medio generan alarma, miedo, odio y escenarios de angustia en los ciudadanos del planeta.
Desde el primer día del conflicto las fake news invadieron Facebook, Instagram, Twitter (ahora X), Tik Tok, Telegram, Threads y WhatsApp. Textos, imágenes y videos falsos circularon rápidamente. Uno de los primeros fue un video donde un soldado derriba un avión acompañado de la leyenda “Más poder para ti, Hamás” que en realidad era un clip del videojuego Arma 3. Luego, siguió un video donde militantes de Hamás capturaban a altos mandos militares israelíes, sin embargo, las imágenes correspondían a autoridades de Azerbaiyán arrestando dirigentes separatistas.
Un caso muy sonado fue el de 40 bebés decapitados por Hamás. Una noticia difundida por una periodista israelí de i24News a partir de las declaraciones de un soldado. Tal fue su difusión en cadenas internacionales de occidente que hasta el presidente estadounidense Joe Biden afirmó haber visto las imágenes, cuando el suceso nunca ocurrió. La Casa Blanca, el mismo 11 de octubre, desmintió a su propio jefe de Estado por sumarse a la ola de la desinformación.
También es falso el video subtitulado donde se observa al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, señalando, en un discurso en hebreo, que creará una bomba nuclear y atacará Gaza. El discurso es real, pero los subtítulos están manipulados porque el político no menciona dicho tema. De igual manera, circula la imagen de Verona Mark, una supuesta reportera de BBC que, paradójicamente, tiene una cuenta verificada de Twitter.
Las informaciones falsas continúan. Salió un supuesto comunicado de la Casa Blanca que autorizaba 8 mil millones de dólares de ayuda a Israel, noticia que a pesar de ser mentira estuvo en la cima de los resultados de búsqueda en Google. Asimismo, se quiso hacer creer que el video de jóvenes corriendo para ingresar al concierto de Bruno Mars el 4 de octubre en Tel Aviv era gente escapando del ataque de Hamás del día 7.
Se le atribuye al dramaturgo griego Esquilo la frase “la verdad es la primera víctima de una guerra” ya que el relato de presentación del enemigo como inhumano y cruel permite que las fuerzas militares de la otra facción puedan justificar su violencia y replicar “las atroces acciones”.
La Unión Europea investiga a Twitter, desde el inicio del conflicto, por la difusión de contenido ilegal, violento, de odio y por desinformar. ¿Qué podemos hacer nosotros desde nuestras trincheras? Ser responsables poniendo en práctica el método DICE (Detente-Investiga-Contrasta-Evita).
Detente ante imágenes, videos o textos sensacionalistas que dañen a alguien. Investiga de dónde proviene el contenido, verifica las fuentes, que siempre provengan de sitios confiables. Contrasta la información, no te limites a una sola fuente. Evita compartirlas y edúcate digitalmente, hay verificadores de información en internet.
La guerra contra la desinformación solo la ganaremos si dejamos de consumir de manera pasiva toda noticia o mensaje de los medios de comunicación y redes sociales. Como expresan de manera simbólica unos versos del poemario Trilce de César Vallejo, que no digamos “Ha triunfado otro ay”, sino que podamos afirmar de manera categórica “la verdad está allí”.
Oswaldo Diaz Chávez
Periodista y Docente de Literatura