“El único medio de preservar al hombre del crimen es salvaguardarse de la libertad… De ello se deduce cuán enfermizo es el amor, la compasión y otros tantos estados análogos” afirmaba la autoridad suprema del Estado en la novela Nosotros del ruso Zamiatin de 1921. Declaraciones erradas, pero principalmente falsas que los habitantes de la historia las creían.
Hoy en el mundo ocurre lo mismo. Autoridades, multimillonarios y famosos brindan información basada parcialmente en la realidad generando daño a personas, organizaciones y países, no obstante son aceptadas sin condiciones a través de los medios y redes sociales.
Los especialistas Wardle y Derakhshan la designaron como malinformación y el analista Jonah Goldberg sentenció “si controlas el lenguaje, controlas el argumento, lo que significa que controlas cómo se percibe la realidad”. Es decir, el lenguaje es un instrumento que, depende quién y cómo lo utilice, organiza la política, moldea las representaciones culturales y determina qué es adecuado y qué no.
En enero, Nicolás Maduro dijo que “en Venezuela hay justicia, justicia justa” durante una entrevista donde le consultaban sobre algunas irregularidades. Es cierto que existe un Poder Judicial, sin embargo, organismos independientes han resaltado con nombres y fechas que desde el año pasado aumentaron los presos políticos, las detenciones arbitrarias y las torturas en dicho país.
Hace unos días JP Vance, vicepresidente de Estados Unidos, señaló que las libertades básicas de los británicos son amenazadas, asegurando que un hombre fue condenado tras rezar frente a una clínica abortista. Lo que obvió decir es que el sujeto incumplió las normas que prohibían estar en una zona cercada por las autoridades y que durante dos horas se le pidió que se retirara del lugar.
El alcalde de Lima sostuvo sobre la ciudad “miren esta maravilla de paz y tranquilidad brutal, aquí no puede pasar nada”. Además de la percepción de inseguridad de los ciudadanos reflejados en encuestas y estudios oficiales, el Sistema Nacional de Defunciones confirmó que enero ha sido el más sangriento de los últimos años con 58 asesinatos registrados solo en la capital.
El psicólogo Albert Mehrabian reveló en 1967 que el lenguaje no verbal (corporal, gestos, acciones, tono de voz, vestimenta) tiene mayor potencial y transmite más información que las palabras. Por eso, no es creíble la defensa de Elon Musk que llama saludo romano al gesto del dueño de Tesla y X (antes Twitter) cuando lleva su mano derecha al pecho y luego alza su brazo en diagonal hacia arriba con la palma hacia abajo como lo hacían los nazis y los fascistas italianos.
Facebook e Instagram eliminaron este año, al igual que Twitter hace dos, el uso de verificadores de datos independientes bajo el argumento que evitan la censura. Ahora pueden circular sin mayores restricciones los mensajes de odio, de acoso, mentiras o noticias falsas, lo cual resulta muy preocupante pues en 2021 se filtró un estudio interno donde reconocían que Instagram daña la salud mental de los adolescentes.
Sin control se reproducen teorías de la conspiración, seudociencias, discursos negacionistas, reescritura de la historia, manipulación de datos y uso de algoritmos que priorizan contenido sensacionalista. Los objetivos, en esencia, son dos: conseguir poder y mayor dinero.
El problema fundamental lo refleja un proverbio turco, “el bosque seguía muriendo, pero los árboles votaban por el hacha porque los convenció que al ser su mango de madera, era uno de ellos”. A pesar del contexto distópico queda la esperanza que nos regala una frase del poeta Baudelaire “el mundo solo funciona con el malentendido”.
El vate francés proclamaba que por el malentendido universal todos se ponen de acuerdo. Entonces, es necesario verificar las noticias e informaciones que recibimos, no creerlas de manera inmediata, sobre todo cuando atacan a otros o destacan datos poco creíbles o sensacionalistas.
Las palabras de la joven poeta Amanda Gorman toman más poder en este tiempo en el que “cuando llega el día, salimos de la sombra y sin miedo. El nuevo amanecer florece a medida que lo liberamos. Porque siempre hay luz”, por ello, debemos estar alertas y actuar con cautela para evitar la polarización y radicalización en nuestras sociedades.
Oswaldo Diaz Chávez
Periodista y Docente de Literatura