Estas elecciones han sido definitivas para conocernos realmente y conocer a los demás. Las redes sociales han sido, en muchos casos, una manera en que la gente se esconde u oculta para lanzar todos los despropósitos posibles, y multiplicar la desinformación sobre los políticos contrarios. Una de las imágenes más difundidas fue aquella en que decía “yo apoyo a Aldo”, y la otra, una foto de Verónika Mendoza al lado de Abimael Guzmán. Pero lo tragicómico de todo ello es que personas conocidas como correctas y decentes agregaban sus propias mentiras diciendo “¡Esta es la prueba!”.
No podemos dejar de reconocer que Fernando “Popy” Olivera Vega fue el enterrador de Alan García Pérez. Siendo justos, Olivera ya se ha ganado un lugar en la historia del Perú, a pesar de toda la antipatía y odio que genera. Olivera tal vez no represente el paradigma que todos quisiéramos, pero su reaparición ha sido una bendición para todos y al margen de todo lo demás, es el verdadero ganador político de este proceso electoral. Disculpe, amable lector, pero es cierto, a pesar de todo.
Este proceso electoral nos descubre que muchos líderes no eran más que simples cascarones. Pues, ¿dónde quedó el “liderazgo” de Lourdes Flores Nano? ¿Dónde, el “liderazgo natural” de Alan García Pérez, que terminó convirtiéndose en el dueño del Apra, en una suerte de golpe de Estado al interior de ese partido? Por la debacle los apristas exigen cuentas, buscan culpables, piden nuevos líderes. Pero, ¿acaso es culpable solo Alan García Pérez por el desastre del domingo pasado? ¿Los verdaderos culpables no serían los de la camarilla del entorno y los militantes obsecuentes que endiosaron a un farsante y permitieron su permanencia por más de treinta años? Claro, hay que ganar el vivo y escapar con “honor” de la vindicta del aprismo más responsable….
El Apra tiene cuadros que deberá destruir las falacias que por décadas han convertido en “doctrina”. Necesita una política de sinceramiento y expulsar a ese grupo que ha sido obsecuente con Alan García Pérez. En mi percepción personal, en San Martín tienen personas que podrían hacer la revolución y construir un nuevo aprismo, más cercano a sus postulados aurorales, y me refiero a Demetrio Tafur Ruíz, Jaime López Upiachihua, Luís Máximo García Hidalgo, Julita Ochoa Ruiz, Roger Montalvo Cáceres, Mardonio del Castillo Reátegui, Weninger Cerón Angulo y Armando Arturo Vega Jorge, que llevarían a recuperar su histórico treinta por ciento, porcentaje del que siempre estuvieron orgullosos.
La segunda vuelta va a ser una guerra de planificación y estrategia. La forma en que vendan sus mensajes será decisiva. Quien tenga mejores francotiradores ganará la contienda. Keiko Fujimori apelará a lo que ella dice ´lo exitoso´ del gobierno de su padre; Kuczynski, a aquello de que no debemos volver al pasado. Keiko ha recogido a la gente que gobernó con Alberto Fujimori; Pedro Pablo ha sumado a su equipo gente nueva. Con Keiko se alinea la población humilde y menos preparada políticamente; con Pedro Pablo los nuevos emprendedores. Ambos líderes representan a la misma clase social. Pero no queremos que se repita aquello de los aristócratas emigrados de Coblenza, de quienes se decía que al retornar a recuperar sus privilegios “nada habían aprendido, nada habían olvidado. La “República Aristocrática”, no debe repetirse.