La mayoría fijimorista del Congreso va perfilándose el tipo de ropaje que está acostumbrado a vestirse, como que añora la indumentaria autoritaria puesta los años 90. Es el ropaje vertical y unilateral de políticas practicadas desde los intereses propios, postergando los intereses del pueblo. Un pueblo harto de tolerancia al extremo, pero también harto de actitudes pasivas.
No tiene otra explicación pretender desaforar al fiscal de la nación, según lo explican, por omisión de funciones en caso de las investigaciones contra Odebrecht. Pero es bastante curioso esta pretendida desaforación, cuando el grupo fujimorista en estos momentos coyunturales lo hace, cuando su lidereza y su socio están seriamente inmersos en un proceso de investigación, y que de hallarse comprometidos por los supuestos delitos que la justicia les procesa, su lidereza lógicamente perdería todo piso político de aspirar por tercera vez al sillón presidencial.
Entendiera desde mi punto de vista, cuando este intento de desaforación lo hubiesen hecho en los primeros momentos de la demanda de extradición de Toledo desde los EE.UU, toda vez que desde la fiscalía no se ve un impecable trabajo de convencimiento sobre la extradición del prófugo de la justicia peruana, quien no solo tiene el libre albedrío para desplazarse por cualquier territorio norteamericano, sino que con abogados de prestigio internacional busca a través de libretos convencer al mundo que es un perseguido político, más no un corrido de la justicia.
A ver, ¿qué méritos empezarían a desarrollar señores del Congreso y ustedes también señores de todas las instancias judiciales? Y usted señor PPK, ¿qué mérito le hiciera bien a su tan alicaído gobierno?
Ustedes señores del Congreso, deben ser coherentes con lo que dicen y con lo que hacen. Pierden credibilidad cuando dicen luchar contra la corrupción, cuando en la práctica buscan quitarle del camino al fiscal de la nación y con esto obstruir desde ya las investigaciones contra su lidereza.
Ustedes señores fiscales y jueces, deben ser convincentes en sus resoluciones, buscando no los castigos ni las premiaciones desde un solo ángulo, sino hacer que la ley se cumpla para todos desde todos los ángulos. La ley bien administrada, siempre será dura para algunos, y gratificante para otros. Pero hagamos votos que la ley, solamente la ley se cumpla. Que ajenos intereses de enriquecimiento ilícito, no obstaculiza el cumplimiento de la ley.
Y usted señor presidente, no piense que el Congreso mayoritario de fujimoristas, le van a agradecer cuando cometa el error más grande de su vida de indultar en un hipotético caso a Fujimori, justificándose en algunos méritos que hizo cuando era presidente.
Usted pueblo debe entender que la persona que elige, lo elige para que trabaje por ti y por toda la nación (si es presidente de la república); no elige para que a esa persona en el futuro lo debamos pleitesía y mil agradecimientos. Simplemente fue elegido para que trabaje. Ahora que desoriente su trabajo por lo delincuencial y la corrupción, por más techado de méritos que haya sido su gobierno, todo lo vuelve al tacho y al basural.
Así de simple debe ser la vida en un país libre de la corrupción. Tan solamente anhelar tener autoridades que hagan cumplir las leyes. Despierta mucho temor, pero también mucha paz, cuando la ley es cumplida.
Vivimos en una sociedad acostumbrada a pagar para que la ley no se cumpla; tenemos lamentablemente malas autoridades que aceptan también estos pagos, y con ello la ley queda marginada, mancillada y violentada.
Si esto no se corrige, la delincuencia y la corrupción, tomarán bandera de la impunidad.