El pasado 12 y 22 de agosto se celebraron dos eventos: El primero, “El Día internacional de la juventud” y el segundo, “El Día Mundial del Folklore“, auspiciados por la UNESCO. En estas festividades observé como los participantes demostraban sus diferentes manifestaciones culturales cargadas de ideología y fe religiosa; demostrando así, su facultad y derecho de las personas para elegir de manera responsable su propia forma de actuar dentro de una sociedad. Esto demostró que la “la libertad es un derecho humano básico”. Entiendo como libertad de culto (o libertad de conciencia) al “derecho de practicar públicamente la religión que uno profesa”. La libertad de culto o libertad religiosa es un derecho fundamental que se refiere a la opción de cada ser humano de elegir libremente su religión, de no elegir ninguna (irreligión), o de no creer o validar la existencia de un Dios (ateísmo y agnosticismo) y ejercer dicha creencia públicamente, sin ser víctima de opresión, discriminación o intento de cambiarla a la fuerza. Debe existir en toda sociedad, la tolerancia.
Estos conceptos van más allá de la simple tolerancia religiosa que permite, “como una concesión graciable”, el ejercicio de religiones distintas a la impuesta oficialmente, en situaciones de confesionalidad del Estado propias de antiguos regímenes. En las democracias modernas “el Estado garantiza la libertad religiosa a todos sus ciudadanos, pero en la práctica la elección del credo está dado generalmente por costumbres familiares y sociales, asociándose frecuentemente ciertas sociedades a ciertas religiones”. Además las situaciones de discriminación religiosa o intolerancia religiosa siguen siendo muy frecuentes en distintas partes del mundo, registrándose casos de intolerancia, preferencia de una religión sobre otras y persecución a ciertos credos o a quienes no siguen ninguno.
Evidentemente esto es fanatismo.
La libertad religiosa es reconocida por el derecho internacional en varios documentos, como el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el artículo 18 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; el art. 27 de este mismo pacto garantiza a las minorías religiosas el derecho a confesar y practicar su religión.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el citado artículo 18, indica: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”, aunque no sea la religión oficial del estado.
Entiendo como fanatismo al apasionamiento exagerado. “El fanatismo conduce a la intolerancia”. El fanatismo religioso está en controversia porque ha generado a través de la historia, conflictos bélicos, holocaustos, asesinatos y actos terroristas “influenciados bajo su fe y por pura obsesión”. El fanático religioso se identifica como un individuo de conducta ciega con una religión en particular, “lo que le lleva a provocar actos contra personas que no creen en ésta mediante una lógica inflexible”. El fanático religioso cree que, el que piensa diferente es su adversario o enemigo. Las cruzadas fueron actos fanáticos e imperialistas que profundizaron en la disputa centenaria entre musulmanes y cristianos, combatiendo ambos en nombre de Dios durante la Edad Media. Otros actos contemporáneos a éstas eran la Santa Inquisición, herramienta de supresión de la herejía. En la actualidad algunos actos fanáticos han sido realizados bajo acciones de grupos de la religión islámica, como los Atentados del 11 de septiembre de 2001 en las Torres Gemelas, cometiendo daños hacia otros ciudadanos que difieren de sus creencias.
Sin embargo, en estos dos eventos celebrados, he vuelto a entender el mundo en su diversidad y aprendí de los otros. Pude ver cambios en los jóvenes y en las sociedades con cultura popular, como una posibilidad para el desarrollo de la vida y el descubrimiento de nuevas ideas.