El menú reiterado del conflicto en la gestión de Carlos Philco, está que aumenta de menos a más. Creo que no hay gestión municipal como la de Morales, que empezó con pie izquierdo, demostrando hartamente una considerable falta de criterios de desarrollo, de gestión y de liderazgo, que a temprano tiempo viene demostrando, su poco o nulo liderazgo, después de haberse presentado según él, ser una de las mejores opciones.
Carlos Philco, seguirá en la tormenta, esta vez son más específicas los cargos de acusación contra un alcalde de las canteras de Acción Popular, cuyos máximos dirigentes de este partido le están dando la espalda, será por qué no quieren mancharse contra toda una avalancha de acusaciones que está pesando contra el alcalde; o será simplemente una situación de deslealtad contra el correligionario Philco, que a la distancia lo vienen mirando para que vean en cuál hoyo político cae más rápido y profundo.
Dice el refrán, si un ciego es guiado por otro ciego, ambos caerán en el mismo hueco. La pregunta es, ¿Es ciego el señor alcalde, Carlos Philco para hacer lo que está haciendo? De ser cierto todo esto, ¿Quién es o quiénes son los otros ciegos que le están llevando al despeñadero al señor alcalde?
Mientras sigue este recorrido calvario al despeñadero, otros le están metiendo más leña al fuego. Son tres las acusaciones que debe estar afrontando: abuso de autoridad, peculado y por nombramiento de cargo.
En menos de cien días un alcalde que sea denunciado por estos cargos, parece desde todo punto de vista que le está cayendo demasiado grande el cargo que viene ejerciendo el señor Philco. También dice mucho el tipo de gestión que está exhibiendo, el tipo de personalidad para hacer frente a un municipio que fue su sueño por largo tiempo, y que a la hora de los momentos de acción y decisión, se ve envuelto por un rosario de sinsabores, llegando al quiebre del asunto cuando la otra parte, su oponente y ex alcalde Edilberto Pezo Carmelo, decide esta semana sentar su denuncia en la ciudad de Moyobamba por estos tres cargos ya mencionados.
Al denunciante de seguro que le caerá también ser denunciado, cuando desde el 2011 en plena gestión de Pezo Carmelo, salen recibos de pago por una obra que hasta hoy no fue ejecutada. Versiones asimismo de una de las funcionarias al indicar que se prestaban el dinero de los contribuyentes a los mismos funcionarios del municipio, y cuando estos dineros no podrían ser devueltos, la misma “prestamista”, tenía que reponer de su bolsillo.
El calvario en consecuencia se va por los dos lados: ambos personajes, ex alcalde y el actual están llevando una cruz pesada, que ya me imagino no les deja descansar tranquilamente. Y si nos preguntamos qué papel vienen cumpliendo los actuales regidores del municipio de Morales en cuanto a fiscalización, la respuesta cae por su propio peso. Todos acataron fieles al señor Carlos Philco, cuando éste en una conferencia de prensa convocada para ser tratado su propia vacancia y la vacancia de la primera regidora, manifestaron estar en contra de la vacancia del alcalde y de la primera regidora.
Es decir, no hay un trabajo de investigación por parte de los regidores. Siendo estos diminutos cenáculos, deberían aprobar ordenanzas de desarrollo y fiscalizar en todas las áreas respectivas de la gestión actual y de la anterior.
Esto debe ser el trabajo permanente de todos los regidores. Los regidores oficialistas deben asumir su compromiso de investigación y fiscalización al régimen de administración anterior; mientras que los regidores de oposición, deberían investigar y fiscalizar al régimen actual. Esto no viene pasando con el municipio moralino, y desde ya tampoco viene sucediendo esto con los regidores de los demás municipios, llámese Banda de Shilcayo y Tarapoto, donde ambas administraciones gozan de reelección.
A buena cuenta que las reelecciones ya empezaron a ser parte del pasado por la reciente ley que fuera aprobada en el Congreso, donde alcaldes y presidentes regionales, tendrán un sola oportunidad para demostrar sus capacidades y competencias de gestión, o bastará solamente un solo periodo para que demuestren todo lo contrario.
Aquí la ley debe ser para todo tipo de autoridad que es producto del voto popular, en consecuencia los congresistas tendrán que aprobar su propia medicina para que no sean reelegido por segunda vez como tienen la pésima costumbre.
De ellos no va a nacer esta iniciativa, el pueblo peruano tiene que hacer conocer su disgusto y rechazo a toda reelección para el Congreso. De lo contrario, nos convertiremos en una democracia que mira castigos para otros, pero no para los que aprueban las leyes.
Aprendamos a ser coherentes.