I
La luz del día amanece
Todos los días:
Con brillo propio, con luz propia;
A veces también el día amanece
Con nubes oscuras, nubladas y tristes;
Mujer, tú también amaneces
Con ese brillo natural,
Con sonrisa primaveral,
Con natural jovialidad.
A veces también amaneces opacada
Pero nunca marchitada,
Porque sabes
Que la fuerza oculta
Aparentemente como debilidad,
Es tu gran fortaleza
Con gran credibilidad.
II
Mujer, sabes confesar
Tu secreto más grande;
Sabes mirar el fondo
Oculto de mis secretos;
Sabes esperar
Con divina paciencia
Aun cuando mis promesas
Sean hipócritas:
Porque, digo amarte
Y sientes que no te amo.
III
El amor no es un puñado de palabras,
Es una montaña de actitudes,
Que hablan
Hasta partir el corazón.
En este lecho
De perfumadas rosas
Te confiesas
La palabra desnuda:
La sinceridad de tu espíritu,
No con rodeos; no con argumentos;
Te confiesas que es mejor
Mi realidad vivir con honor
Que pretendiendo
Ser sin serlo.
IV
Mujer, tú, nunca te rindes;
Nunca te rindes
En la boca del horno
Porque sabes que tienes que estar
Donde las papas se queman;
Otros corren al menor ruido,
Lanzan voces de auxilio;
Corren del peligro;
Viven escondidos.
Tú…no…
La bandera de tu libertad
Levantando siempre estás
V
Millones de mujeres
La copa en la mano
La paz se refleja;
La guerra del hombre
Siempre se ha manifestado:
Odiando, celando
Seduciendo y matando;
La paz de la mujer
Siempre se ha declarado:
Con lágrimas desde el calvario,
La sangre que Jesús derramó,
Es como un bálsamo
Hecho cura
A pesar del dolor y amargura.
VI
Llegará ese día cuando el poder
Está sujeta a una mujer;
Habrá una profilaxis,
Primero de género,
Luego una profilaxis
Total, en el hombre;
Está demostrado
Que el género masculino
Queriendo hilar fino
Fracasó,
Porque gobernar no es un aliado
Generoso al hombre:
Mira primero el botín
Luego lleva aguas
A su molino sin fin;
Mujer… a esta corrupción
Póngalo fin.
VII
En el Perú, ya todo
Está devaluado:
La política, que mayormente
Los mafiosos le echan mano;
La educación, que mayormente
Es un apostolado en teoría;
La justicia, que se deja comprar
Al mejor postor
De la destrucción…
Mujer, póngalo fin
A esta corrupción.
VIII
Mujer, si aun queriéndome
Me odias,
Mejor ódiame, queriendo;
Si aun tus lágrimas
Veo derramar,
No me quites
Mi sed calmar;
Mujer, no soy
Lo que yo pienso,
Soy, lo que tú piensas;
Si pienso que en el amor
Un Fracasado soy,
No lo soy,
Porque la luz de tu amor
Que nunca se apaga
Le recibo cual soplo de vida
Como una firme
Estela divina.