“La palabra recreación es: RE-creación. Cuando eres artista, para poder estar inspirado continuamente, tienes que re-crearte continuamente, para poder vibrar en la frecuencia que necesitas y así ser apto para captar las cosas que te están transmitiendo. ¿Sabes? YO SOLO SOY UNA ANTENA. No hago esto. Esto VIENE A MI.”
Estas profundas expresiones del famoso compositor y cantante Lenny Kravitz (abril, 2025) muestran la altura cultural y de percepción de este artista, reconociendo humildemente no ser dueño del arte que recibe.
Ello lo religa, y seguramente no es completamente consciente de esto, con algunas concepciones de la Gran Tradición Iniciática, como la referente al hombre en su misión superior de mediador consciente y operativo entre los planos sutiles y densos del universo.
Así, esos pensamientos nos recuerdan inmediatamente las Enseñanzas del Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière (@magnafraternitasuniversalis) como estas:
“El compositor deja generalmente a su genio imaginativo captar notas en una esfera astral (…) La Música de las Esferas se infiltra en el mundo-materia (el músico es la plasticidad, el medium) y será en seguida modelada a la medida de los humanos por el compositor que “sabe”, conoce las leyes, las reglas del “savoir-faire” musical, y traduce para los humanos ESTA SONORIDAD QUE DESCIENDE DE LO DIVINO.” (1952)
“Se trata pues, de ponerse en estado de comunicación con Dios a fin de acelerar nuestra evolución; buscar la misma longitud de onda, la misma gama de vibraciones. Cuando se quiere captar un concierto transmitido por una estación radiodifusora cualquiera, es menester buscar en el cuadrante de nuestro radio la misma longitud de onda que el de la difusora que hace la emisión. SUCEDE DE IDÉNTICA MANERA EN NUESTRAS RELACIONES CON DIOS: TENEMOS QUE VOLVERNOS APARATOS RECEPTORES PARA RECIBIR SU INFLUENCIA y debemos, sobretodo, perfeccionar nuestro equipo, cambiar las lámparas usadas, es decir, tomar nuevas luces, adquirir otros conocimientos recurriendo a las fuentes religiosas y entonces reforzar las cualidades espirituales haciendo trabajar nuestros centros psíquicos a fin de dar potencia a nuestros amplificadores.” (1947)
Continúa este sabio:
“Sería pura pretensión creer que el conocimiento inteligencial solo, podría cambiar cualquier cosa en la naturaleza o en el orden establecido por el Creador. Es preciso ponerse de acuerdo con las Leyes Supremas, es decir, con la Conciencia Cósmica, en relación con las Ondas Sublimes, en “buena relación» con Dios.”
“El aforismo XLVIII de Arbatel dice a este respecto:
“QUE NADIE, PUES, PRETENDA ATRIBUIRSE A SÍ MISMO LA GLORIA DE LA POSESIÓN DEL CONOCIMIENTO, YA QUE NO ES NI LA VOLUNTAD, NI EL ESFUERZO HUMANO LO QUE PERMITEN ADQUIRIRLA, SINO SÓLO LA MISERICORDIA DE DIOS O ALGÚN OTRO DESTINO ESPIRITUAL”. (noviembre, 1956)
En todas estas conclusiones concuerdan varios y diversos sabios, entre ellos, el genial Saint-Yves de Alveydre:
“LA CIENCIA, NO MÁS QUE LA RELIGIÓN, NO PUEDE PUES SER UN PRODUCTO DEL ESPÍRITU HUMANO; TANTO LA UNA COMO LA OTRA NO LE SON DADOS MÁS QUE POR REVELACIÓN, existiendo la Verdad constitutiva del Universo visible, y estando legislado su hecho Siglos y Ciclos antes de que el hombre apareciese en él. Este último no tiene poder más que de tomar conocimiento de la Ciencia; según los progresos de su propia Evolución. (…) EL HOMBRE NO TOMA CONOCIMIENTO DE ELLA MÁS QUE POR ABNEGACIÓN DE SU PENSAMIENTO PERSONAL; pues, éste, por sí solo, es la mentira por esencia, o, si se quiere, la ilusión conjetural. (…) EL PENSAMIENTO HUMANO INJERTADO POR LA CIENCIA ES LA REFLEXIÓN DE LA INCIDENCIA UNIVERSAL DEL VERBO CONSIDERADO EN TANTO QUE RAZÓN DEL UNIVERSO VISIBLE.”
“EL MÉTODO DEL VERBO ENCARNADO: “FIAT VOLUNTAS TUA” (…) EN TODOS LOS GRADOS DE LA VIDA, DE LA CIENCIA Y DEL ARTE, ES EL ÚNICO VERDADERO. Y CUANDO EL HOMBRE LE OPONE SU “FIAT VOLUNTAS MEA”, ENGENDRA ÉL MISMO LA MUERTE, LA MENTIRA Y LA FEALDAD. Pues el hombre no es el creador de nada, en cualquier orden que sea, y no tiene valor de principio ni en la vida, ni en la ciencia, ni en el arte. (…) EL ESPÍRITU HUMANO NO ES EL PRINCIPIO DE LA CIENCIA NI DEL ARTE: NO ES SINO SU REFLEXIÓN. LA INCIDENCIA DE ESTA REFLEXIÓN, CIENCIA Y ARTE. PERTENECEN SÓLO A DIOS Y A SU VOLUNTAD, COMO RAZÓN SUPREMA DE TODAS LAS COSAS Y COMO MANIFESTACIÓN DE ESTA RAZÓN: ES DECIR, COMO VERBO Y COMO PALABRA. SÓLO DIOS ES EL SABIO, SÓLO DIOS ES EL ARTISTA, ASÍ COMO ES EL ÚNICO VIVIENTE.”
“EL HOMBRE NO TIENE PODER SINO DE TOMAR CONOCIMIENTO DE LA CIENCIA, DEL ARTE, DE LA VIDA, Y DE ASIMILÁRSELOS POR SIMILITUD, ES DECIR, POR OBEDIENCIA A LA VOLUNTAD DE DIOS EN TODAS LAS COSAS, por la observancia de las leyes de su verbo y de su palabra, en cualquier hecho que sea. ¿ACASO EL SUPUESTO SABIO CREA LAS LEYES DE LOS HECHOS QUE OBSERVA Y EXPERIMENTA? Leyes y hechos existen antes de toda constatación humana. ¿ACASO EL SUPUESTO ARTISTA CREA LAS LEYES DE ARMONÍA? (…) Por una facultad psicológica de su Vida en correspondencia con una Potencia psicogónica del Verbo, el Artista siente estas Leyes como un sonámbulo inconsciente. Él no puede dar razón ni de alguna de entre ellas, ni a fortiori de sus encadenamientos armónicos en la divina Razón que es la única que los constituye.”
Estas perlas reeducarán a aquellos que estén preparados de esa “horrenda congregación de mecano-materialistas” ….



