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Terrible es que la pobreza y los más pobres sean el menú principal de la atención de los candidatos. “Los pobres serán los primeros en ser atendidos en mi gobierno” –Acaba de decir Alejandro Toledo en su mitin de apertura. ¿Cuántos pobres son testigos que así fue cuando llegaron a ser gobierno todos los candidatos presidenciales que utilizan este lenguaje? No hay uno solo que asevere sobre esto. Pues todos los gobiernos para que no aparezcan ridículo al ser impotentes de no poder cumplir con su palabra, lo único que hacen es emprender cualquier acción populista: ahí tenemos como ejemplo “pensión 65”, que ni siquiera reciben con regularidad gente de la tercera edad viviendo en la pobreza y extrema pobreza. Aún más hay gente sátrapa en organismos financieros como del Banco de la Nación de una zona del país que se expropió parte de este dinero que era destinado para ellos.

Si no hubiera pobreza, y como tal si no hubiera pobres (con el mayor respeto y sentido posible del término pobre; es decir aquél que carece o tiene insuficiencia de recursos materiales, como el dinero de una manera específica).

También es indignante que de la boca de un candidato siga expeliéndose como veneno mortal al indicar que la pobreza y los pobres serán los más atendidos en un probable gobierno suyo.

Toledo al oficializar su candidatura el sábado pasado para las elecciones presidenciales próximas hizo mención de estos términos, pero vuelve a utilizar una vez más a la masa magisterial, incluso con el adicional ya no solo de los activos, sino también añade ahora a los cesantes y jubilados, rectificándose dizque el error de su primer gobierno de haber considerado solamente a los activos con la duplicación de sus haberes; ahora ¿Habrá otra duplicación de sueldos de los maestros, esta vez incluyendo a los cesantes y jubilados?

¿Se duplicó realmente el sueldo de los maestros en el gobierno de Toledo? En términos económicos, si algo se tomó en cuenta, al poco tiempo esto se devaluó al 100%, porque no todo es poder adquisitivo cuando de por medio hay una avalancha de cosas que suben quedando estancado un mísero y relativo aumento, que para el maestro de hoy aquella duplicación no tiene ninguna significación más que la sola justificación del hoy una vez más candidato Toledo para hacer campaña sobre ello, ahora incluyendo a los jubilados y cesantes.

Los aumentos deben fijarse sobre la base de reformas que Toledo perdió una gran oportunidad que hoy el maestro consciente seguramente le habría reconocido. Hubiese emprendido una reforma magisterial que no le hubiera dado pie a García para hacer como ensayo lo que hizo con la Carrera Pública; ciertamente fue un ensayo porque se estancaron las convocatorias para los concursos de ingreso a dicha carrera, dejando este a su vez argumentos para que el gobierno de Ollanta haga otro ensayo anulando todos los niveles, y realice una nueva reforma con ocho niveles de escala magisterial, anulando la ley del Profesorado, para lo cual el CEN del SUTEP se prestó no solo dándole luz verde a una huelga nacional indefinida del 2011.

Con esta reforma ya se convocaron a dos concursos de ascenso, cuyo mecanismo a la hora de los exámenes fue anti pedagógico, es decir, no es nada ontológico en términos pedagógicos que se descuente puntos por respuestas equivocadas; es decir, entre la duda, muchos optaban por no contestar nada, y lo contraproducente es que con esto se ahorraban puntos a su favor, no porque sabían más de los que dudaban o los que contestaban mal.

Lo cierto es que muchos docentes con la reforma de Humala están en el tercer, cuarta y quinta escala magisterial, con García llegaron también al quinto nivel.

Ahora la pregunta es ¿Seguirá esta reforma magisterial de Humala en el siguiente gobierno que ha de estar juramentando el 28 de julio del 2016? Si es política de Estado, tal vez; pues políticas de Estado en educación casi no tenemos, porque cada gobierno en el Perú hace con la educación borrón y cuenta nueva. Sabemos también que la reforma de García, fue pura corriente populista; Toledo también fue y sigue teniendo un estilo populista; pues el candidato de la chacana sigue pensando que su populista duplicación de sueldos le seguirá dando resultados impensados. Si todo esto continúa tal como es, y aun añadiendo otras reformas más para complacer a determinados grupos de poder político e ideológico, la educación siempre será el botín de riqueza electoral.