¿Tenía que suceder una tragedia para darnos cuenta?
Desde hace décadas las autoridades civiles, policiales, militares, judiciales, transportistas, operarios y pobladores, fueron advertidos de las serias deficiencias, el reino de la informalidad, la viveza y al margen de la ley es el pan de cada día en los mal llamados puertos de Yurimaguas.
“Lo que no ocurre en cien años, sucede en sólo un segundo”, reza un viejo adagio popular que en cualquier momento nos muestra la cruda realidad.
A raíz de los accidentes fluviales de San Lorenzo y Yurimaguas, donde en el primero un joven chofer perdió la vida al precipitarse al río Marañón y el segundo y la duro golpe que enluta a humildes familias en Yurimaguas, donde familias completas perecieron ahogadas en las aguas del Huallaga, nos deben servir de reflexión y llamarnos poderosamente la atención sobre todo de las autoridades para ver más allá del presente y ponerse a trabajar para poner orden y mejorar las condiciones laborales en los embarcaderos fluviales “mal llamados puertos”.
En el caso de San Lorenzo, hace muchos años, la erosión fluvial afecta seriamente la seguridad de las actividades en un “mal llamado puerto” que no tiene la mínima infraestructura para que sirva como tal; en muchos años desde que San Lorenzo formaba parte de la provincia de Alto Amazonas, no se hizo nada por mejorar las condiciones, y peor ahora que es capital de la provincia Datem del Marañón.
San Lorenzo es una “ciudad puerto” y debe tener una infraestructura adecuada.
Para nadie es un secreto que, el 80 por ciento las actividades comerciales se realizan vía fluvial en embarcaciones que trasladan alimentos o materiales de construcción desde la ciudad de Yurimaguas y es punto de conexión con otras localidades ribereñas.
Es un barranco, sí, como se lee, es un barranco que en tiempo de vaciante el río baja a una dimensión que la orilla queda a una altura regular donde estibadores y los propios dueños de las cargas tienen que sortear improvisados puentes de palo para descargar los productos que llegan en las embarcaciones.
La muerte del conductor
Lo que pasó con el joven conductor del camión siniestrado es producto de la suma errores negligencias desde lo político, seguridad personal, pues desde el primero, vemos que no se hace nada para mejorar y gestionar el financiamiento para mejorar las condiciones de la infraestructura de RAMY o de otros atracaderos y embarcaderos fluviales de San Lorenzo.
Se dice que el joven trabajaba por muchos años conduciendo ese vehículo y nunca le pasó nada. Esta ahí latente la mezcla el exceso de confianza, la falta de seguridad personal el mix casi perfecto para y el infortunio. “No había tacos detrás de las llantas”, no revisó el estado de los cambios antes de poner en funcionamiento el vehículo; muchas preguntas que después del hecho nos podemos hacer. Sin embargo, también deben de tener respuestas el dueño del vehículo, de la carga y naturalmente las autoridades. Seguramente la rutina volverá a ser la misma y tendremos que lamentar la pérdida de vidas arrancadas por la informalidad, esperamos equivocarnos.
Ahora en Yurimaguas…
No esto no lo dice solo una persona, lo saben casi todos los pobladores de Yurimaguas, es tiempo que las autoridades reconozcan estas debilidades, sobre todo el alcalde provincial que habla de la informalidad en una ciudad portuaria y ribereña desde sus orígenes. En Yurimaguas, existen varios de los mal llamados puertos que no tienen ni la mínima infraestructura para garantizar control y seguridad en la precaria actividad de sobrevivencia económica de nuestra gente del campo.
Por citar el Puerto Garcilaso, un embarcadero histórico con una infraestructura que pide auxilio, es casi común escuchar el clamor de un campesino que le robaron su racimo de plátano, es triste el panorama sin seguridad, sin salubridad, precariedad es el pan de cada día, de cada amanecer en este embarcadero.
A pesar de los años Puerto Garcilaso un embarcadero histórico, desde hace muchos años sirve de punto de enlace para las comunicaciones vía fluvial de embarcaciones menores (botemotores y chalupas) que unen a los pueblos de Alto Huallaga pertenecientes a Alto Amazonas y a San Martín, pero poco o casi nada hicieron las autoridades para mejorar su infraestructura.
Abel Guerra es otro puerto informal que cae a pedazos su muro de contención, sin que ninguna autoridad diga esta boca es mía.
Zamora, es un embarcadero y/o atracadero informal de donde zarpan las embarcaciones menores a comunidades cercanas del Bajo Huallaga, tambien en precarias condiciones.
Luego está Boca del Paranapura, lugar desde donde en la actualidad se realizan las operaciones portuarias con escaso control de las autoridades es tambien donde impera la informalidad, pese a la existencia de dos puertos oficiales, el de ENAPU y de Nueva Reforma.
Las actividades económicas de transporte en estos embarcaderos deben estar supervisadas por Capitanía de Puerto y la Autoridad Portuaria Nacional, pero esta función se cumple a medias o simplemente no se cumple.
A cada momento se aprecia el zarpe de las embarcaciones fluviales menores que cubren las rutas del Alto y Bajo Huallaga, que no cuentan con chalecos para los pasajeros, navegan sobrecargados de productos y pasajeros, hasta en horario nocturno sin que haya control de la autoridad.
Es decir, Yurimaguas es una ciudad portuaria y debemos reconocer que no cuenta con infraestructura adecuada ni formalidad para el desarrollo de las actividades comerciales.
El accidente fatal del domingo 28 de agosto de 2021, donde perecieron más de 20 personas, activó la alarma de los sectores, y de las autoridades, sobre todo del alcalde provincial que, decidió exponer ante el nuevo gobierno esta problemática en espera de respuestas claras y acciones con celeridad.
“Somos transportistas y no asesinos”
Con este lema los armadores respaldan la inocencia de motorista de fatídica embarcación. Aun cuando las penas y la consternación el dolor está en la piel de las familias, será difícil asimilar y curar la ausencia de padres e hijos fallecidos.
Que la soga no se rompa por el lado débil…
Ayer cientos de pobladores entre armadores fluviales del embarcadero Zamora, salieron a las calles a exigir la liberación y manifestar la inocencia de don Francisco Ayachi Pisco (68) motorista de la fatídica embarcación de madera que colisionó con una barcaza de Petroperú.
Coreando la frase “somos transportistas y no asesinos”, llegaron hasta los exteriores del Poder Judicial sede Yurimaguas, donde el Juez de Investigación Preparatoria realizaba la audiencia de pedido de prisión preventiva por parte del Fiscal. Los manifestantes permanecieron hasta el último minuto de la audiencia en respaldo y solidaridad con el motorista.
Francisco Ayachi Pisco, es un humilde poblador con más de 40 años de experiencia como armador y rutero del embarcadero Zamora que nunca estuvo en aprietos como ahora.
El Fiscal Alberto Casaverde Dueñas, ha incluido en su denuncia penal por el presunto delito de homicidio doloso simple, a Francisco Ayachi Pisco, y a los tripulantes de la embarcación mayor, Milton Mozombite Carranza (56) y Cecilio Maolo Lovera Ruiz (50).
Población exige imparcialidad en el proceso
El consejero regional por Alto Amazonas, Francisco López Robles, señaló que, ha tomado conocimiento por los diferentes medios de comunicación y redes sociales que al señor Francisco Ayachi, que aparentemente las empresas con mayor solvencia quieren inculparle y presentarle como culpable, ante ello, el Consejero, se ha comprometido públicamente a brindar su apoyo y respaldo exigiendo la imparcialidad en las investigaciones, que al más pobre y vulnerable se le otorgue las garantías de una Legítima Defensa Legal como corresponde.
Al cierre de la nota desde Yurimaguas se informa que Juez da comparecencia a investigados, sin embargo, fiscal pide 9 meses de prisión preventiva
En audiencia pública que se inició a las 12 del día y culminó cerca de las 8 de la noche de ayer, el Juez del Juzgado de Investigación Preparatoria de Alto Amazonas, Quique Rodríguez, tras escuchar la formalización de la acusación del Fiscal Alberto Casaverde Dueñas quien pidió 9 meses de prisión preventiva, el Juez decidió otorgar comparecencia a Francisco Ayachi Pisco, Milton Mozombite Carranza y Cecilio Maolo Lovera Ruiz.
En la audiencia, el juez llamó severamente la atención al Fiscal, por la inconsistencia en la fundamentación de su alegato y acusación de homicidio doloso simple, pues no pudo demostrar con elementos de convicción su solicitud de prisión preventiva.
Fuentes del Ministerio Público y abogados que siguen el caso, señalaron que el Fiscal no habría cumplido con diligencias importantes como la inspección a la barcaza y recojo de testimonio de los sobrevivientes.
El fiscal se habría limitado a acusar sobre la negligencia e informalidad del motorista del bote motor donde se trasladaban las víctimas.
Al término de la audiencia, Francisco Ayachi, fue recibido con júbilo por sus compañeros los armadores y otros pobladores que esperaban en los exteriores de la sede del Poder Judicial, improvisando luego una manifestación pública.
Texto de Imagen: Puerto Boca del Paranapura Yurimaguas. La informalidad campea